Presentación en la IV Reunión de
Ministros de Justicia o Procuradores
Esta
reunión forma parte de un vasto proceso de integración y cooperación en
la región, que deriva de una agenda común, diseñada por nuestros Jefes de
Estado y Gobierno como parte del Proceso de Cumbres de las Américas
iniciado en 1994 en Miami, Santa Cruz que se institucionalizó en Santiago y
continuó en Quebec. Este
proceso nace como una respuesta regional al fenómeno de la globalización,
buscando maximizar sus beneficios y minimizar sus amenazas. Siguiendo este objetivo, los gobiernos han desplegado una diversidad de mandatos
sectoriales relacionados con temas que van desde el trabajo, la agricultura,
la educación, el transporte,
el comercio y las telecomunicaciones hasta asuntos como la democracia, la
justicia, la sociedad civil, la diversidad cultural, el género, etc. Cada
uno de estos mandatos se ha desarrollado a través de reuniones
ministeriales (16 foros ministeriales)
o sectoriales de alto nivel.
Pero,
quizás, el aspecto que no hay que perder de vista es que esta cooperación
regional, solamente fue posible una vez que se instituyeron 3 consensos
fundamentales en la región:
1.
Democracia, Derechos Humanos, Imperio de la Ley 2.
Libre Comercio 3.
Desarrollo Social La
convergencia en estos puntos esclarece un fin común de la Agenda Contemporánea
del Hemisferio que hace énfasis en la calidad de vida de los ciudadanos,
donde el tema de la administración de los sistemas de justicia adquiere un nuevo valor. Hoy, todos los países
coinciden en que no se puede hablar de democracia, ni de equidad social, ni
de inversiones y crecimiento económico, sin una justicia independiente,
confiable y accesible a todos los ciudadanos. Esta
importancia conferida a la justicia se refleja precisamente en la tarea
impuesta por los Jefes de Estado y Gobierno durante la Cumbre de Quebec,
donde se encargaron de introducir temas como la justicia, el Estado de
Derecho y el Imperio de la Ley. Las Cumbres y sus Planes de Acción, se
convierten así en un instrumento estratégico, en un modelo que legitima el
nacimiento de iniciativas tales como la Carta Democrática, la Estrategia
Hemisférica Antidrofas, la Convención contra la corrupción o la creación
del Centro de Estudios Judiciales. Para
garantizar la consecución del objetivo mencionado, en la Cumbre de Quebec,
también se dirigieron ciertos mandatos a los organismos financieros
interamericanos y al Banco Mundial encaminados a apoyar los procesos de
reforma y fortalecimiento de la justicia. Ayer, precisamente, evidenciamos
cuando, a través del señor Fernando Carrillo, el BID hizo explícita su
voluntad de trabajar con la OEA, la Secretaría de Cumbres y con los países
en particular, en el financiamiento de proyectos en esas áreas. Por
eso es importante retomar la idea expuesta el día de ayer por el delegado
de EEUU, quien aseguraba que la administración de justicia es, cada vez más,
un tema de discusión fundamental en otros foros ministeriales y técnicos.
Es fundamental que veamos este proceso no solo a la luz de sus temas específicos
y técnicos sino también en relación con las grandes cuestiones de nuestro
tiempo como son la inequidad social, la marginalidad, la discriminación e
injusticia, el terrorismo, la inseguridad, la corrupción, e inclusive temas
que en el pasado se veían como completamente ajenos al tema como son el Área
de Libre Comercio de las Américas (ALCA),
o los temas de financiamiento para el desarrollo, que en días más
serán tratados en una cumbre
mundial en la ciudad de Monterrey. De
la misma manera en que cada uno de los esfuerzos, incluyendo esta reunión,
han pretendido aportar al proceso ilustrado anteriormente,
la Oficina de seguimiento de Cumbres esta dispuesta a proporcionar
todo el apoyo e información requerido por los Estados miembros en su lucha
por alcanzar la justicia. Muchas Gracias |