DECLARACI�N DE LA XI CUMBRE DE JEFES DE ESTADO
Y DE GOBIERNO DEL GRUPO DE RIO

 "DECLARACI�N DE ASUNCI�N"

 Principios y Valores compartidos

 1. Los Jefes de Estado y de Gobierno de los pa�ses miembros del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertaci�n Pol�tica, Grupo de R�o, reunidos en la ciudad de Asunci�n, Rep�blica del Paraguay, los d�as 23 y 24 de Agosto de 1997, reafirmamos los principios, objetivos y valores compartidos por los pa�ses de Am�rica Latina y el Caribe, orientados a asegurar la paz y el bien com�n; a defender la democracia representativa y a construir un proyecto conjunto, fundado en la cooperaci�n y la integraci�n, para mejorar la condici�n de vida de nuestros pueblos, dentro del respeto a la soberan�a, la autodeterminaci�n y la igualdad jur�dica de los Estados.

 2. Reunidos nuevamente bajo tales principios y objetivos, reiteramos nuestro reconocimiento al valioso aporte del Grupo de R�o a la integraci�n, la unidad y la solidaridad regionales, y al efecto refrendamos el compromiso y la voluntad de nuestros gobiernos de fortalecer y preservar al Grupo de R�o como el mecanismo m�s representativo de consulta y concertaci�n po��tica de la Regi�n, as� como un interlocutor privilegiado de Am�rica Latina y el Caribe frente a otras regiones y pa�ses.

3. En esta oportunidad, comprobamos con satisfacci�n el progresivo cumplimiento de los compromisos asumidos desde la creaci�n del Mecanismo, especialmente en el impulso y la concertaci�n de acciones orientadas a la defensa, fortalecimiento y consolidaci�n de la democracia en nuestra Regi�n.

 Los desaf�os para la consolidaci�n de la Democracia

 4. Como gobernantes comprometidos con la vigencia plena e irrestricta de las instituciones y el estado de derecho, debemos impulsar iniciativas capaces de superar los desaf�os actuales, para promover eficazmente los valores �ticos y los principios democr�ticos en la sociedad.

 5. Convenimos que es indispensable estimular la participaci�n efectiva y responsable de los ciudadanos en la vida p�blica, contribuir al fortalecimiento de los partidos pol�ticos, promover las organizaciones civiles y su aporte en la discusi�n en los temas de inter�s p�blico, teniendo en cuenta la diversidad existente en su interior, en un marco de respeto y pluralismo. En este contexto, consideramos necesario orientar de forma conjunta los esfuerzos de ciudadanos y autoridades para lograr mayores niveles de transparencia en la gesti�n p�blica, el respeto a las instituciones democr�ticas y la efectiva participaci�n social.

 6. Ratificamos nuestro compromiso de luchar contra el narcotr�fico y sus delitos conexos, el terrorismo y la corrupci�n, que constituyen flagelos que amenazan la estabilidad democr�tica y la seguridad p�blica; as� como el de promover y garantizar el pleno ejercicio de los derechos fundamentales de la persona humana.

 7. Por ello, nos comprometemos a seguir cooperando para la prevenci�n de estos delitos, a trav�s del constante perfeccionamiento de nuestras legislaciones nacionales y de las instituciones judiciales, poniendo un especial �nfasis en la prevenci�n por medio de la educaci�n.

La Educaci�n para la Democracia y Lineamientos para la Acci�n

 8. Estamos convencidos de que un renovado impulso a la Educaci�n integral e integradora para la Democracia en Am�rica Latina y el Caribe en un contexto de creciente interdependencia, desarrollo tecnol�gico y globalizaci�n, contribuir� a fortalecer la cultura c�vica democr�tica basada en la vigencia plena y efectiva de los derechos humanos. Expresamos asimismo, nuestra adhesi�n a valores tales como la tolerancia, la solidaridad, la equidad y el respeto a la diversidad e identidad cultural de nuestros pueblos, que permitir�n defender y consolidar la gobernabilidad democr�tica, como factor de desarrollo y de socializaci�n de valores, como impulsor de la movilidad y la promoci�n social de las personas y, finalmente, como medio esencial de cohesi�n e integraci�n socio - cultural.

 9. Especial importancia tienen en esta materia las Declaraciones de Bariloche y de Vi�a del Mar, emitidas en las V y VI Cumbres Iberoamericanas , respectivamente.

 10. En este contexto, y para dar mayor impulso a la cultura c�vica democr�tica, acordamos adoptar las siguientes medidas:

  • Incorporar en los proyectos educativos nacionales, objetivos y contenidos que desarrollen la cultura democr�tica en todos los niveles, para la formaci�n de personas �ticas, con conductas solidarias y de probidad. Por tanto, se deber� favorecer la participaci�n de docentes, familias y estudiantes, en la tarea de concebir y poner en pr�ctica los proyectos orientados a formar ciudadanos democr�ticos.

  • Instruir a los Ministros competentes a que identifiquen las posibles fuentes de cooperaci�n, tanto regional como internacional, en el tema de la Educaci�n para la Democracia. En consecuencia, debe concederse especial atenci�n al fortalecimiento de las din�micas de cooperaci�n e intercambio de experiencias existentes en esta materia, como un aporte fundamental para la plena consolidaci�n y profundizaci�n de la democracia. Asimismo, se establecer�n mecanismos id�neos para la puesta en marcha de programas que colaboren al mejoramiento de la formaci�n y alienten los intercambios a nivel de j�venes y sus organizaciones en la regi�n.

  • Fortalecer y ampliar la ense�anza de la historia, orientando su enfoque hacia el conocimiento, la comprensi�n y uni�n de los pueblos, para que contribuya a la cultura pol�tica de la sociedad, la interculturalidad y la propia identidad.

  • Promover, dentro de sus competencias, la participaci�n activa de los medios de comunicaci�n social y sus profesionales de la Regi�n, para el fortalecimiento de la cultura c�vica democr�tica a trav�s del establecimiento de formas de cooperaci�n e intercambio de experiencias.

  • Formular un planteamiento conjunto sobre la Educaci�n para la Democracia, con miras a la II Cumbre Hemisf�rica de Chile, en abril de 1998, donde la Educaci�n ser� uno de los temas centrales del debate. Esperamos igualmente, que las reflexiones del Grupo de R�o en este �mbito, puedan ser de utilidad en las deliberaciones sobre los valores �ticos de la democracia en la VII Cumbre Iberoamericana de Venezuela.

Comercio, Desarrollo e Integraci�n

11. Reafirmamos nuestra convicci�n de que un sostenido proceso de desarrollo econ�mico y social es fundamental para la estabilidad democr�tica y nos permitir� mejorar las condiciones de vida de las personas. Asimismo, consideramos que el comercio constituye un elemento fundamental para el desarrollo de nuestros pueblos, el que se ha visto favorecido por reformas econ�micas implementadas en la Regi�n, las cuales deben ser acompa�adas de pol�ticas orientadas a facilitar la mayor participaci�n de la sociedad en los beneficios del crecimiento econ�mico.

12. Reiteramos nuestro compromiso para lograr el efectivo cumplimiento de la Declaraci�n de Principios, del Plan de Acci�n y los acuerdos obtenidos en la Cumbre de las Am�ricas sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en diciembre de 1996, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, los cuales constituyen un importante aporte hemisf�rico para conducir las acciones nacionales e internacionales sobre la materia, atendiendo de manera integral a los objetivos econ�micos, sociales y ambientales. Por tanto, exhortamos a las agencias, organismos e instituciones financieras internacionales a continuar colaborando hasta alcanzar el desarrollo de nuestros pa�ses.

13. Destacamos igualmente la aprobaci�n del Programa adoptado en el XIX Per�odo Extraordinario de Sesiones de la ONU para promover la Agenda 21 de la Cumbre de la Tierra, a fin de evitar un retroceso en el cumplimiento de los compromisos de la comunidad internacional con el desarrollo sostenible.

14. Coincidimos con los principios del regionalismo abierto, en el marco del sistema multilateral de comercio, libre, no discriminatorio y transparente, que favorezca el ingreso de nuestras econom�as al sistema econ�mico internacional. En este contexto, instamos a los pa�ses miembros de la OMC a cumplir los acuerdos asumidos en la Ronda Uruguay del GATT, en orden a mejorar el funcionamiento del sistema multilateral de comercio, lo que facilitar� los flujos comerciales entre nuestra regi�n y el resto de los pa�ses.

15. Valoramos los procesos de integraci�n y libre comercio que se vienen desarrollando en Am�rica Latina y el Caribe, de car�cter bilateral y subregional. Los progresos alcanzados por MERCOSUR, la Comunidad Andina, el G-3, el Mercado Com�n Centroamericano, el CARICOM y otros esquemas de integraci�n, constituyen un est�mulo para el ulterior desarrollo del libre comercio dentro del marco de un regionalismo abierto.

16. Reafirmamos nuestro compromiso de concluir las negociaciones para establecer el Area de Libre Comercio de las Am�ricas (ALCA), a m�s tardar en el a�o 2005. Por ello, apoyamos iniciar negociaciones en ocasi�n de la II Cumbre de las Am�ricas a celebrarse en Santiago de Chile, en abril de 1998. Acordamos tambi�n, desarrollar en los pr�ximos meses una estrategia conjunta regional, en el marco de los trabajos del ALCA, para garantizar el �xito de la Cumbre de Santiago.

17. Reconocemos la importancia de la protecci�n de los derechos laborales y de la relaci�n del comercio con el medio ambiente. Sin embargo, consideramos que estos temas deben ser tratados exclusivamente en los foros multilaterales correspondientes: la Organizaci�n Internacional del Trabajo para los asuntos laborales y el Comit� de Comercio y Medio Ambiente de la Organizaci�n Mundial de Comercio (OMC) para la relaci�n de los asuntos ambientales y el comercio internacional, seg�n lo decidido en la Reuni�n de la OMC en Singapur en noviembre de 1996.

18. Consideramos necesario crear condiciones propicias que al estimular las inversiones en las zonas m�s deprimidas de la Regi�n, conduzcan a un crecimiento vinculado con el desarrollo humano.

19. Reiteramos nuestra satisfacci�n por los avances en materia de integraci�n en Am�rica Latina y el Caribe, se�alando que la misma no debe ser concebida como un instrumento limitado a incrementar el comercio, sino como un proceso de desarrollo arm�nico de la Regi�n en su conjunto, que beneficie a todos los niveles de la sociedad.

Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno Am�rica Latina y el Caribe - Uni�n Europea

20. Comprobamos que el di�logo pol�tico mantenido a lo largo de estos �ltimos a�os entre Am�rica Latina y el Caribe y la Uni�n Europea, ha favorecido un mejor relacionamiento y la creaci�n de nuevos mecanismos de cooperaci�n.

21. Asimismo, acogemos con benepl�cito la iniciativa de celebrar una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los pa�ses de la Uni�n Europea y de nuestra Regi�n. La concreci�n de esa idea representar� un avance cualitativo en la profundizaci�n de nuestras relaciones birregionales, para lo cual se requiere de un trabajo preparatorio conjunto de definici�n de alcances y contenidos.

VII Cumbre Iberoamericana

22. Ratificamos nuestro compromiso de participar en la VII Cumbre Iberoamericana convocada por Venezuela, para los d�as 8 y 9 de noviembre de 1997, convencidos de que la reflexi�n respecto a "Los Valores Eticos de la Democracia� ofrece una significativa oportunidad para profundizar y fortalecer la democracia en nuestros pa�ses.

II Cumbre Hemisf�rica

23. Asignamos gran importancia a la realizaci�n de la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de las Am�ricas que se celebrar� los d�as 18 y 19 de abril de 1998, en Santiago de Chile, seguros, como estamos, de que dicho encuentro permitir� obtener decididos y concretos avances en el camino de la cooperaci�n e integraci�n en las Am�ricas.

24. Manifestamos nuestro compromiso con esta valiosa iniciativa destinada a profundizar el di�logo y las consultas a nivel hemisf�rico y destacamos la importancia de la concertaci�n del Grupo de R�o para contribuir a asegurar el buen �xito de la misma.

Congreso Universal del Canal de Panam�

25. Reafirmamos la importancia del Congreso Universal del Canal de Panam� a celebrarse del 7 al 10 de septiembre de 1997, como un foro abierto a toda la Comunidad Internacional, que se propone introducir un mecanismo de consulta en el examen concreto del papel que debe desempe�ar el Canal de Panam� en el siglo XXI y los planes de expansi�n de sus servicios, que promueve el Gobierno de Panam� a trav�s de la Junta Directiva de la Comisi�n del Canal de Panam�. Asimismo, expresamos nuestra convicci�n de que los resultados del Congreso contribuir�n a la expansi�n del comercio mundial, al crecimiento econ�mico intraregional y promover�n la cooperaci�n internacional sobre la base del principio de que el Canal Interoce�nico de Panam� estar� abierto, en un plano de igualdad y estricta neutralidad, a todos los usuarios y econom�as del mundo.

Reforma de Naciones Unidas

26. Reconocemos la importancia de emprender una reforma institucional de las Naciones Unidas, a fin de que sus �rganos y m�todos de trabajo respondan a las nuevas realidades de la comunidad internacional y a la participaci�n que le compete a Am�rica Latina y el Caribe en la Organizaci�n.

Medidas Unilaterales

27. Reiteramos nuestro firme rechazo a la aplicaci�n unilateral y extraterritorial de leyes nacionales, por constituir una violaci�n a la soberan�a nacional, principio fundamental del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas. Este tipo de medidas afecta negativamente, en el �mbito de las relaciones internacionales, al comercio, a las inversiones y a la cooperaci�n.

28. Instruimos a nuestros Ministros y representantes a continuar el trabajo conjunto con respecto a las acciones unilaterales, concentrando una especial atenci�n en la labor de seguimiento de los avances que se presentan en la materia.

Tr�fico Il�cito de Drogas y sus Delitos Conexos

29. Reafirmamos que la lucha contra el narcotr�fico requiere un enfoque integral y una acci�n concertada a nivel hemisf�rico, sustentada en la cooperaci�n internacional, en un marco de responsabilidad compartida entre todos los pa�ses de la Regi�n. La lucha contra este flagelo y sus delitos conexos debe llevarse a cabo de conformidad con el pleno respeto a las leyes de cada pa�s y en base a las convenciones internacionales en la materia. Por esta raz�n, nos congratulamos por la firma de la "Estrategia Antidrogas en el Hemisferio", mediante la cual los pa�ses del Continente Americano nos hemos comprometido a trav�s de medidas concretas a hacer frente a este problema.

30. Registramos con preocupaci�n que el consumo y uso indebido de estupefacientes ha aumentado mundialmente, en forma significativa. Por tal raz�n, consideramos necesario un an�lisis de las estrategias antidrogas en el marco de los instrumentos internacionales vigentes en la materia, que partiendo de un enfoque integral haga �nfasis entre otros aspectos, en los relacionados con los programas tendientes a la reducci�n de la demanda.

31. Asimismo, registramos con preocupaci�n el aumento de la fabricaci�n y consumo de drogas sint�ticas, fen�meno que requiere de una mayor atenci�n por parte de la comunidad internacional.

32. Expresamos nuestra satisfacci�n por el trabajo que desempe�a el Grupo Ad - Hoc sobre drogas, el cual deber� continuar sus labores hasta definir una posici�n conjunta de los pa�ses miembros del Grupo de R�o para el Per�odo Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, dedicada al fortalecimiento de la cooperaci�n internacional en la lucha contra las drogas il�citas, en 1998. Consideramos que dicho Grupo debe concentrar su atenci�n en definir propuestas espec�ficas y acciones concretas a fin de reducir la demanda il�cita de drogas en todos los pa�ses, promover programas de desarrollo alternativo al cultivo il�cito de drogas y f�rmulas para combatir con eficacia el lavado de dinero, el tr�fico il�cito de armas y el desv�o de precursores qu�micos para fines il�citos.

33. Resaltamos la necesidad de incrementar los recursos, de fuentes bilaterales y multilaterales, destinados a la financiaci�n de programas y proyectos de desarrollo alternativo, incluyendo en los mismos los aspectos sociales y econ�micos del fen�meno del narcotr�fico, a fin de atender las necesidades de las comunidades involucradas en cultivos il�citos.

Terrorismo

34. Reafirmamos lo expresado por el Grupo, as� como por la Conferencia Interamericana Especializada sobre Terrorismo de 1996, en el sentido de que los actos terroristas constituyen delitos comunes graves y una violaci�n sistem�tica y deliberada de los derechos de los individuos.

35. Asimismo, recordamos el comunicado del 23 de abril del corriente a�o del Grupo de R�o, en el que manifestamos nuestra complacencia por la liberaci�n de los rehenes en Lima, Per�.

36. Igualmente celebramos las gestiones realizadas por el Gobierno de Colombia por razones humanitarias, que culminaron con la liberaci�n, por parte de un grupo guerrillero, de 70 soldados de ese pa�s.

37. Nos comprometemos a fortalecer el marco jur�dico y pol�tico, as� como a desarrollar los mecanismos de cooperaci�n judicial entre nuestros pa�ses, con el prop�sito de combatir eficazmente el terrorismo.

Cooperaci�n en la lucha contra la corrupci�n

38. Expresamos nuestra satisfacci�n por la entrada en vigor de la Convenci�n Interamericana contra la Corrupci�n, que constituye el primer instrumento internacional para combatir este delito a trav�s de mecanismos de cooperaci�n, que coadyuven a la defensa de nuestras instituciones democr�ticas, y reafirmamos nuestra voluntad pol�tica de continuar buscando mecanismos adicionales para seguir luchando contra ese flagelo.

39. En este contexto, subrayamos la importancia de la VIII Conferencia Internacional Anticorrupci�n que se realizar� en Lima, entre los d�as 7 y 11 de setiembre del a�o en curso.

Fomento de la Confianza y Seguridad Internacionales

40. Decididos a continuar avanzando en la consolidaci�n de la Regi�n como un �rea libre de minas terrestres antipersonales, acordamos participar activamente en el "Proceso de Ottawa" para la prohibici�n de las minas antipersonales y nos comprometemos a trabajar mancomunadamente con miras a convertir a nuestra Regi�n en la primera del planeta libre de este tipo de armamentos.

41. Consideramos que Am�rica Latina y el Caribe tienen un papel fundamental que desempe�ar en la aplicaci�n plena y eficaz de los instrumentos que regulan la posesi�n, construcci�n y transferencia de armas de destrucci�n masiva y reiteramos la firme decisi�n de mantener nuestra regi�n libre de las mismas y de carreras armamentistas.

42. Manifestamos nuestro compromiso de poner en pr�ctica medidas de consulta y de fomento de la confianza, teniendo a la vista la necesidad de profundizar el di�logo y la cooperaci�n pol�ticos con el prop�sito de crear condiciones de mayor transparencia, estabilidad y seguridad, entre ellas, un proceso de consultas sobre la limitaci�n y el control de armas convencionales, conforme se reconoce en la Declaraci�n de Santiago sobre Medidas de Fomento de la Confianza y de la Seguridad, aprobada en noviembre de 1995.

43. Expresamos nuestro apoyo al objetivo de concluir exitosamente las negociaciones en marcha sobre la Convenci�n contra la Fabricaci�n y el Tr�fico Il�cito de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Materiales Relacionados, a fin de que este relevante instrumento interamericano pueda ser abierto a la firma en 1997, como un compromiso sustantivo de todos los pa�ses del Continente Americano en la lucha contra el crimen organizado, el terrorismo y la violencia, raz�n por la cual esperamos cobre vigencia a la brevedad posible.

Trabajadores Migrantes

44. Subrayamos la responsabilidad de los Estados de origen y destino de migrantes en cuanto a fortalecer la cooperaci�n en materia migratoria. En tal sentido, instamos a adoptar, de com�n acuerdo, medidas tendientes a asegurarles el pleno ejercicio de sus derechos humanos, as� como su bienestar social y econ�mico.

45. Expresamos nuestra profunda preocupaci�n ante las crecientes manifestaciones de racismo, xenofobia y otras formas de discriminaci�n, tratos inhumanos y degradantes de que son v�ctimas los trabajadores migrantes en algunos pa�ses y, al efecto, coincidimos en la necesidad de promover compromisos para asegurar el respeto a los derechos humanos y la dignidad de todas las personas.

 46. Destacamos las iniciativas que actualmente han sido planteadas respecto a este tema en las Naciones Unidas, a trav�s de las Resoluciones adoptadas por la Comisi�n de Derechos Humanos y en la Organizaci�n de los Estados Americanos, as� como los instrumentos bilaterales que puedan concluir los Estados involucrados.

Nuevo Orden Global Humano

 47. Hemos intercambiado opiniones sobre el llamamiento a un Nuevo Orden Global Humano basado en un desarrollo centrado en las personas y reconocemos que el concepto sit�a el bienestar y la equidad social de los pueblos en el centro del desarrollo, tanto a nivel nacional como internacional.

Fondo de Integraci�n Regional

48. Tomamos nota de la iniciativa del CARICOM para establecer un Fondo de Integraci�n Regional en el �mbito de las negociaciones para la conformaci�n del �rea de Libre Comercio de las Am�ricas, como un mecanismo para aliviar el problema existente de desequilibrios entre los pa�ses m�s desarrollados y las econom�as m�s peque�as del hemisferio.

Cooperaci�n Internacional para Guatemala

49. Los Jefes de Estado y de Gobierno de los pa�ses miembros del Grupo de R�o nos congratulamos de que el Acuerdo de Paz Firme y Duradera en Guatemala, firmado el 29 de diciembre de 1996, se est� cumpliendo en los t�rminos establecidos. En este sentido, hacemos un llamado a la comunidad internacional y a los organismos financieros internacionales para que contin�en apoyando el proceso de pacificaci�n en ese pa�s, particularmente a trav�s de la atenci�n a los sectores m�s afectados por el conflicto, encontrando f�rmulas adecuadas que permitan agilizar las condiciones de ayuda hacia ese pa�s y lograr una mayor fluidez de recursos.

Turismo

50. Manifestamos nuestra satisfacci�n por el crecimiento del sector tur�stico en nuestras econom�as y por su importante contribuci�n a la Regi�n en t�rminos de empleo, inversiones e integraci�n entre los pueblos. En ese sentido, apoyamos las iniciativas emprendidas por la Comisi�n de Turismo de Am�rica del Sur (COTASUR) para la creaci�n de un Programa de Promoci�n Conjunta del Turismo (PROSUR), as� como las iniciativas de cooperaci�n que busquen promover ese importante sector en toda Am�rica Latina y el Caribe.

51. Por la relevancia que otorgamos a los temas: "Defensa de la Democracia", "Reforma de las Naciones Unidas" y "Medidas Unilaterales", decidimos incorporar Declaraciones espec�ficas al respecto.

52. Instruimos a nuestros Cancilleres para que efect�en un seguimiento de las decisiones adoptadas por el Grupo, a trav�s de la Secretar�a Pro Tempore y la Troika.

53. Acordamos llevar a cabo la XII Reuni�n Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno en la ciudad de Panam�, Rep�blica de Panam�, los d�as 4 y 5 de septiembre de 1998.

54. Los Jefes de Estado y de Gobierno presentes en Asunci�n expresamos nuestros agradecimientos y felicitaciones al Se�or Presidente de la Rep�blica del Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, a su Gobierno y al pueblo de Paraguay por su hospitalidad, as� como por la excelente organizaci�n y conducci�n de la XI Cumbre del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertaci�n Pol�tica.

DECLARACION SOBRE MEDIDAS UNILATERALES

1. Los Jefes de Estado del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertaci�n Pol�tica - Grupo de R�o -, reunidos en Asunci�n, Paraguay, los d�as 23 y 24 de agosto de 1997, en ocasi�n de la XI Cumbre del Grupo de R�o, reafirmamos nuestro compromiso con el respeto al derecho internacional como norma de conducta de los Estados en sus relaciones internacionales, consagrado como principio en la Carta de las Naciones Unidas y en la Carta de la Organizaci�n de los Estados Americanos.

2. Rechazamos una vez m�s la aplicaci�n unilateral y extraterritorial de leyes nacionales, por constituir acciones que violan la igualdad jur�dica de los Estados, los principios de respeto y dignidad de la soberan�a nacional, la no intervenci�n en los asuntos internos de otro Estado y que amenazan la convivencia entre los Estados. Estas medidas afectan negativamente, en el �mbito de las relaciones internacionales, al comercio, a las inversiones y a la cooperaci�n. Tales medidas, como la Ley Helms-Burton y las recientes iniciativas para ampliar sus alcances, las evaluaciones en materia de derechos humanos, los procesos de certificaci�n en la lucha contra el narcotr�fico, los criterios sobre cuestiones medioambientales y los intentos por condicionar la cooperaci�n a las formas de votaci�n de los pa�ses en los organismos internacionales, erosionan las relaciones de amistad y cooperaci�n entre los Estados.

3. Nos comprometemos a seguir concertando posiciones en estas materias en los foros regionales e internacionales, as� como a contribuir en los trabajos del Decenio de las Naciones Unidas para el Derecho Internacional, con el objetivo de profundizar la cuesti�n de la aplicaci�n unilateral y extraterritorial de leyes nacionales, fortalecer el multilateralismo, a trav�s de la aplicaci�n de los convenios internacionales suscritos por los Estados, y guiar la conducta externa de nuestros pa�ses sobre la base del derecho internacional.

4. Ratificamos nuestra disposici�n para un di�logo constructivo en esta materia as� como el firme compromiso para fortalecer la cooperaci�n multilateral.

Asunci�n, 24 de agosto de 1997.

 

DECLARACION SOBRE DEFENSA DE LA DEMOCRACIA

1. Los Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de R�o hemos llevado a cabo un profundo intercambio de puntos de vista sobre la necesidad de preservar y fortalecer la democracia representativa, cuyo valor es compartido por todos sus integrantes y su ejercicio efectivo constituye una obligaci�n para sus Estados Miembros .

2. Estamos convencidos que la democracia representativa es el fundamento de la legitimidad de los sistemas pol�ticos, y condici�n indispensable para la paz, la estabilidad y el desarrollo de la regi�n, as� como para el proceso de integraci�n hemisf�rica en que se encuentran comprometidos nuestros pa�ses.

3. Coincidimos en que la eliminaci�n de la pobreza extrema, el logro de la justicia social, la promoci�n de formas de participaci�n ciudadana, al igual que el mejoramiento de las condiciones de vida y el bienestar general de nuestros pueblos son objetivos permanentes de nuestros pa�ses, los cuales pueden ser m�s f�cilmente alcanzados a trav�s de la cooperaci�n y coordinaci�n entre gobiernos democr�ticos.

4. Reiteramos que la promoci�n y la observancia de los valores �ticos y el respeto de los derechos humanos son el fundamento y raz�n de ser de la legitimidad de los sistemas pol�ticos, y que s�lo la democracia garantiza efectivamente su vigencia.

5. Reafirmamos que toda agresi�n a la democracia de un pa�s de la Regi�n constituye un atentado contra los principios que fundamentan la solidaridad de los Estados americanos.

6. Por ello, en la b�squeda de la preservaci�n de la democracia representativa y la plena vigencia de las instituciones, acordamos que, en caso de producirse, en cualquiera de los pa�ses miembros del Grupo de R�o, hechos que alteren el Estado de Derecho o impliquen una ruptura del orden constitucional, la Secretar�a Pro Tempore convocar� a una reuni�n de Ministros de Relaciones Exteriores para examinar la situaci�n.


Asunci�n, 24 de agosto de 1997.

 

DECLARACION SOBRE EL FORTALECIMIENTO DE LAS NACIONES UNIDAS
Y LA REFORMA DEL CONSEJO DE SEGURIDAD

 

Los Jefes de Estado y de Gobierno, reunidos en la XI Cumbre del Grupo de R�o, en Asunci�n, reafirmando lo manifestado en la Declaraci�n de R�o de Janeiro, en septiembre de 1994, sobre el proceso de ampliaci�n y reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, declaramos lo siguiente:

Reafirmamos nuestra plena adhesi�n a los principios del multilateralismo, en particular a la igualdad soberana de los Estados y el respeto del orden jur�dico como elementos centrales de las Naciones Unidas. Subrayamos en ese contexto la necesidad de reforzar la capacidad de la Organizaci�n de las Naciones Unidas para enfrentar los nuevos desaf�os de la realidad internacional. En ese sentido, recibimos con benepl�cito la iniciativa del Secretario General de las Naciones Unidas de proponer a la Asamblea General un Programa amplio de reforma, presentado el 16 de julio �ltimo. Apoyamos, en particular, los esfuerzos tendientes a fortalecer la eficacia de la Secretar�a General y el �nfasis que se da en el mismo a las actividades de promoci�n del desarrollo econ�mico y social.

Por todo esto, consideramos que las reformas que habr�n de llevarse a cabo constituyen un paso fundamental para la adaptaci�n de las instituciones internacionales a los nuevos desaf�os que confronta la comunidad internacional.

Asimismo, tomando en consideraci�n la importancia que en la actualidad han alentado los procesos de reforma de la Organizaci�n, seguiremos atentos a la evoluci�n de los mismos y, al efecto continuaremos realizando las consultas correspondientes.

Reiteramos los t�rminos de la Declaraci�n Presidencial de R�o de Janeiro de 1994 que expres� la gran importancia que atribuimos al proceso de ampliaci�n y reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para corregir los desequilibrios de su composici�n actual, mejorar los mecanismos de toma de decisiones y conferir m�s transparencia a la conducci�n de sus trabajos, reflejando de una manera m�s leg�tima y representativa el conjunto de los pa�ses miembros de la Organizaci�n.

Asimismo, reafirmamos que por su tradici�n jur�dica y contribuci�n a la causa de la paz, la Regi�n de Am�rica Latina y el Caribe debe estar contemplada en cualquier ampliaci�n del Consejo de Seguridad.

A tal efecto, manifestamos que la Regi�n deber� llenar los puestos que le asignen, mediante un proceso cuyo resultado goce no s�lo de validez jur�dica, sino tambi�n de legitimidad pol�tica, otorgando una real y efectiva igualdad de posibilidad democr�tica de acceso a dichos puestos.

Reafirmamos que la reforma del Consejo de Seguridad debe observar los principios de distribuci�n geogr�fica equitativa y la igualdad soberana de los Estados.

Expresamos tambi�n que no ser�a aceptable una reforma que resulte de un tratamiento discriminatorio entre pa�ses desarrollados y pa�ses en desarrollo.

Teniendo en cuenta la observancia de los principios democr�ticos as� como la superaci�n de las circunstancias hist�ricas existentes en 1945, reafirmamos que el ideal es avanzar hacia la eliminaci�n total del veto. Como primer paso se debe limitar su uso estrictamente a los asuntos contemplados en el Cap�tulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.

Destacamos la importancia que se asigna a la transparencia en los trabajos y en el proceso de toma de decisiones del Consejo de Seguridad. Tomamos nota con agrado de ciertas mejoras recientes en lo relativo a sus procedimientos y m�todos de trabajo. Consideramos que se deber�an celebrar m�s reuniones p�blicas y de orientaci�n, entre otras, en las ocasiones en las que el Secretario General o sus enviados especiales presentasen informes.

Asimismo, se deber�a invitar a los Estados no Miembros a participar en sus consultas oficiosas de acuerdo a las disposiciones de los art�culos 31y 32 de la Carta. Apoyamos otras medidas sugeridas en el marco de la Asamblea General, con miras a mejorar la transparencia y la legitimidad del accionar del Consejo de Seguridad.

Consideramos que la ampliaci�n, la reforma de los m�todos de trabajo y la cuesti�n del veto forman parte integral de la reforma del Consejo de Seguridad y deben ser partes del mismo acuerdo.

Reiteramos la voluntad de nuestros gobiernos de continuar participando activamente en el Grupo de Trabajo a efecto de alcanzar un acuerdo general.

Asunci�n, 24 de agosto de 1997.

FIRMADA en la Ciudad de Asunci�n, Capital de la Rep�blica del Paraguay, en tres textos originales en los idiomas espa�ol, portugu�s e ingl�s, siendo todos ellos igualmente aut�nticos, a los veinte y cuatro d�as del mes de agosto del a�o mil novecientos noventa y siete.


Carlos Sa�l Menem                                   Hugo B�nzer Su�rez
PRESIDENTE DE ARGENTINA             PRESIDENTE DE BOLIVIA

Fernando Henrique Cardoso                      Eduardo Frei Ruiz-Tagle
PRESIDENTE DEL BRASIL                    PRESIDENTE DE CHILE

Ernesto Samper Pizano                              Fabi�n Ernesto Alarc�n Rivera
PRESIDENTE DE COLOMBIA               PRESIDENTE DEL ECUADOR

Clement Rohee                                          Jos� Delmer Urbizo
CANCILLER DE GUYANA                     CANCILLER DE HONDURAS

Ernesto Zedillo Ponce de Le�n                  Ernesto P�rez Balladares
PRESIDENTE DE MEXICO                     PRESIDENTE DE PANAMA

Juan Carlos Wasmosy Monti                      Alberto Fujimori Fujimori
PRESIDENTE DEL PARAGUAY             PRESIDENTE DEL PERU

Julio Mar�a Sanguinetti                              Rafael Caldera
PRESIDENTE DEL URUGUAY               PRESIDENTE DE VENEZUELA

[Rio Group/tracker.htm][Rio Group/tracker.htm]