PALABRAS DEL SECRETARIO GENERAL DE LA OEA, CESAR GAVIRIA, EN LA X REUNION DEL GRUPO DE REVISION E IMPLEMENTACION DE LA CUMBRE DE LAS AMERICAS

Washington D.C. 1 de octubre de 1997

Deseo comenzar expresando mis agradecimientos a los copresidentes del Grupo de Seguimiento y en particular al Embajador Juan Martabit por la amable invitaci�n que se me ha hecho para dirigirme a ustedes en el d�a de hoy. En la medida en que pasan las semanas y se acerca la cita que nuestras naciones tienen en Santiago en abril pr�ximo, crece tambi�n la atenci�n sobre el desarrollo de los trabajos que aqui se adelantan con el decidido apoyo de los pa�ses del hemisferio.

La raz�n de que eso sea as� recae en el hecho de que los temas que analizar�n los presidentes y jefes de gobierno est�n estrechamente relacionados con la propia calidad de vida en las Am�ricas. Este no es un ejercicio diplom�tico, ni una abstracci�n de las relaciones internacionales. Este es un proceso que responde directamente a las necesidades cotidianas de nuestros pueblos. Es con esa vara que seremos evaluados.

Se�ores Coordinadores:

En la OEA vemos con entusiasmo los caminos y las oportunidades que se le abren a las naciones del hemisferio. Es por ello que la Organizaci�n est� dispuesta y se prepara para poner lo mejor de s� en esta tarea hist�rica. Ello fue expresado de manera vehemente por nuestra Asamblea General a comienzos de junio en Lima, en donde los pa�ses aqu� congregados demandaron mayor trabajo y le dieron m�s instrumentos a la Secretar�a General para laborar conjuntamente con los grupos coordinadores en la preparaci�n y seguimiento de aquellos temas en los que la Organizaci�n tiene conocimientos o experiencia.

A ese esp�ritu responden los documentos que hoy ponemos a su disposici�n. Frente a ustedes encontrar�n dos trabajos de �ndole general. En el primero titulado "La OEA y la Cumbre de Miami" presentamos un panorama de lo que ha realizado la Organizaci�n en seguimiento de los mandatos que los Jefes de Estado y de Gobierno de las Am�ricas le encomendaron en el Plan de Acci�n aprobado por la Cumbre. Se ofrece a ustedes este documento no s�lo para rendir a este grupo cuenta de nuestras actividades, sino adem�s como fundamento de las propuestas que la Secretaria de la OEA trae a su consideraci�n sobre el rol de nuestra Organizaci�n, tanto en la preparaci�n como en el seguimiento.

Como es por todos conocido, en el tema de la corrupci�n se dio origen a una convenci�n que todos esperamos enriquezca pronto el derecho Interamericano. Otros encargos en temas tan complejos y esenciales como el combate al narcotr�fico, la lucha contra el terrorismo o el desarrollo sostenible se han cumplido con el dise�o com�n de, estrategias y la suscripci�n de trascendentales pronunciamientos en materia de los principios o valores que gu�an las acciones de nuestras naciones y de planes de acci�n para darles eficacia. La OEA ha demostrado, en ese sentido, ser un espacio multilateral propicio para disipar suspicacias, profundizar consensos y entablar negociaciones equilibradas y sustantivas.

Tambi�n se han logrado avances importantes en el campo de la defensa de la democracia y la protecci�n de los derechos humanos; en integraci�n comercial; en la identificaci�n de nuestro papel en el campo del intercambio de experiencias en materia de politica social; y en la reforma de las instituciones y el dise�o de pol�ticas para la lucha contra pobreza. Hemos avanzado, igualmente., en el dise�o de instrumentos jur�dicos que consagran derechos para enfrentar la discriminaci�n de que son objeto las mujeres, los pueblos ind�genas y los discapacitados.

El segundo documento, "La OEA y su contribuci�n a la Cumbre de Santiago", adelanta algunas propuestas -en relaci�n con las futuras labores de seguimiento, como ya lo mencionamos, derivadas de la experiencia que hemos logrado del seguimiento de Miami. Como lo hemos dicho anteriormente, en la medida en que el proceso de di�logo hemisf�rico se transforma en una constante del nuevo multilateralismo de las Am�ricas, creemos apropiado pensar en establecer mecanismos m�s adecuados para instituc ional izarlo. El trabajo que presentamos hoy contiene algunas propuestas en cuanto a criterios ordenadores, y otras que hacen relaci�n con los instrumentos y estructuras espec�ficos para lograr ese prop�sito.

De manera paralela, pondremos a disposici�n de los pa�ses algunos documentos sustantivos sobre temas espec�ficos que son parte del trabajo que este grupo tiene en los pr�ximos siete meses. Estas iniciativas las hemos tomado de comun acuerdo con la canciller�a Chilena.

Queremos contribuir a la discusi�n sobre el tema de la Educaci�n. Hemos asistido, gracias a la generosa invitaci�n de las autoridades mexicanas, a algunas de las reuniones preparatorias en esta �rea. Creemos que el documento,que los Estados han recibido de M�xico contiene un enfoque program�tico que es fundamental para responder con eficacia a problemas concretos y urgentes que enfrenta la educaci�n en nuestro hemisferio, y para que los compromisos adquiridos puedan evaluarse en su ejecuci�n en el periodo que corre entre la celebraci�n de las cumbres. Apoyamos plenamente ese planteamiento y pueden contar con la OEA. para avanzar en su implementaci�n.

Simult�neamente, creemos que dada la envergadura y complejidad del tema de la educaci�n en las Am�ricas, es tambi�n conveniente completar la primera discusi�n con una reflexi�n m�s anal�tica, quiz�s m�s cr�tica, de su realidad en nuestro hemisferio. En ese sentido pondremos a su disposici�n un documento de trabajo que se concentra en aquellos aspectos que tienen que ver con un diagnostico de las pol�ticas educativas y las instituciones que las ponen. en pr�ctica. Mas que respuestas aspiramos a alimentar un dialogo sustantivo que nos permita identificar los problemas de que adolecen los sistemas educativos en el Hemisferio.

Un enfoque de esa naturaleza nos ayudar� en la identificaci�n de los programas m�s acordes con la �ndole de los males que aquejan a la educaci�n en las Am�ricas. Tal vez su utilidad haga mas relaci�n con sus aspectos de calidad que de cobertura, m�s con la educaci�n primaria y secundaria que con la universitaria, m�s con los aspectos formativos que con la educaci�n que demanda la formaci�n de capacidades para enftentar los retos de la globalizaci�n. Con este prop�sito tambi�n presentamos a ustedes un documento ejecutivo que analiza algunos aspectos generales de las pol�ticas educativas y sus aspectos institucionales.

En el plano de la democracia entregamos a ustedes una versi�n revisada de un texto que recientemente fue circulado a los pa�ses miembros de la OEA. El documento identifica algunos de los principales problemas y desaflos que enfrentan nuestras democracias, y lo que de una manera ordenada, y a trav�s fundamentalmente del intercambio de experiencias, podr�a hacer el sistema multilateral para apoyar a los pa�ses a enfrentarlos.

Sobre la base de ello proponemos algunas iniciativas que estimamos necesarias para que la OEA, aprovechando todas las posibilidades que la acci�n colectiva ofrece, pueda apoyar a los pa�ses de una manera m�s eficaz. Como por ejemplo, consolidar y fortalecer algunas instituciones de gobierno, avanzar en la modernizaci�n del Estado y promover espacios que permitan una mayor participaci�n de la ciudadan�a en la vida p�blica, mejorar las instituciones y pol�ticas sociales, y enfrentar los problemas de la inseguridad ciudadana. Todos ellos son aspectos que demandan nuestra acci�n.

Con ese objetivo la OEA ha desarrollado dos iniciativas espec�ficas sobre las cuales tambi�n les proporcionamos informaci�n. En primer lugar, la Organizaci�n est� poniendo en marcha un Programa de Estudios sobre la Democracia, que, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, estar� dirigido a promover la investigaci�n y la capacitaci�n sobre aspectos relacionados con el desarrollo democr�tico, dos �reas que a juicio de las dos instituciones presentan hoy graves deficiencias en lo que hace relaci�n con organismos multilaterales.

Este programa tambi�n proveer� un espacio de m�s alto nivel pol�tico sobre el intercambio de experiencias, que tambi�n est� haciendo falta, para que pueda ir m�s all� del que se realiza entre funcionarios de gobierno en temas atinentes a la gobernabilidad, el fortalecimiento de la democracia y la preservaci�n de los derechos ciudadanos.

En segundo t�rmino, en colaboraci�n con el BID y el Banco Mundial, con cuyos presidentes he examinado personalmente estas ideas, deseamos poner en marcha un Programas dirigido a apoyar a los gobiernos reci�n electos. Estos podr�an as� aprovechar mejor y m�s prontamente los recursos politicos con los que cuenta toda administraci�n en sus primeros meses para promover los cambios necesarios de marco institucional y de pol�ticas que se requieran para poner en ejecuci�n sus programas. Creemos que ello puede constituir una contribuci�n puntual y directa al proceso de darle credibilidad a nuestras democracias.

Este enfoque de rnayor coordinaci�n entre instituciones multilaterales tambi�n ha sido utilizado en torno a otro tema de creciente inter�s y preocupaci�n para los Estados del hemisferio como es el de la seguridad ciudadana, en particular en las grandes ciudades. La, Secretar�a General ha elaborado algunas ideas y propuestas que hoy ofrecemos como insumos para la discusi�n general del tema y la posible colaboraci�n multilateral. Simult�neamente estamos en condiciones de avanzar en. la implementaci�n de actividades espec�ficas, junto con los Bancos, en la medida que los Estados as� lo juzguen pertinente.

En el tema de Derechos Humanos tambi�n estamos trabajando. En tomo de un seminario realizado por la Comisi�n Interamericana y de una reuni�n de expertos convocada por la el Consejo Permanente, hemos iniciado un proceso de reflexi�n y an�lisis tendiente a lograr. el perfeccionamiento M sistema interamericano de protecci�n de los derechos humanos.

A manera de resumen, he expresado que como parte del diagn�stico se ha avanzado en tres elementos. En primer lugar, a pesar de que la lucha contra el abuso de los derechos humanos siempre es un tema que tiene prioridad absoluta en nuestra agenda hemisf�rica, los procedimientos vigentes no aseguran siempre su eficacia. Adem�s el sistema est� afectado de una cr�nica deficiencia de recursos financieros y administrativos. En segundo lugar, las l�neas de defensa de los derechos humanos est�n penetrando cada vez m�s el escenario dom�stico. Los sistemas nacionales pesan cada vez m�s en la tarea de protecci�n, y necesitamos modificar nuestro instrumento regional para poder estimular y fortalecer esa tendencia. En tercer lugar, no todos los Estados miembros son parte del sistema. Tenemos que encontrar los motivos por los cuales a�n no hemos logrado una adhesi�n universal a �ste y buscar una serie de soluciones eficaces para lograrlo.

Esto solo para mostrar que ser�a �til que los presidentes y jefes de gobierno se pronunciaran sobre la conveniencia de continuar ese proceso de reflexi�n y de invitar a los organismos nacionales de justicia, de polic�a y a todos los miembros de la sociedad civil a participar en este proceso. Tambi�n podr�an los Jefes de Estado y de Gobierno enunciar unos par�metros u orientaciones para avanzar en la reforma y perfeccionamiento del sistema. La Secretaria se propone, antes de la pr�xima reuni�n de este grupo de seguimiento, circular una propuesta en este sentido que contenga adem�s algunos de los par�metros u orientaciones a los que me he referido.

Con nuestra Subsecretaria de Asuntos Jur�dicos hemos iniciado un trabajo dirigido a identificar en qu� medida es necesario impulsar la adhesi�n y ratificaci�n de instrumentos existentes o el dise�o de nuevos que nos permitan facilitar una amplia cooperaci�n judicial para enfrentar los diversos problemas de criminalidad internacional en los cuales la OEA ha venido concentrando su trabajo despu�s de la Cumbre de Miami. Esta ha sido ofrecida por los pa�ses en la Estrategia contra las drogas, en plan anticorrupci�n, en el plan de lucha contra el terrorismo, en el grupo de trabajo sobre la lucha contra el lavado de dinero y en la negociaci�n de la convenci�n sobre tr�fico ilegal de armas.

Entregaremos a ustedes un documento de trabajo, que est� a�n en una fase muy preliminar, sobre posibles �reas de cooperaci�n judicial para hacer ftente a realidades como el avance y la intemacionalizaci�n del crimen organizado, fen�menos como el terrorismo, el narcotr�fico, el lavado de dinero, la corrupci�n, el tr�fico de armas y la explotaci�n il�cita de recursos naturales.

No puedo terminar sin referirme brevemente a algunos elementos del documento sobre el papel de la Secretaria de la OEA en el proceso de preparaci�n de la Cumbre y en las tareas de seguimiento. Entendemos este documento como una propuesta, como un insumo para iniciar un proceso de di�logo con los pa�ses que culminar�a con la reuni�n de este grupo en enero pr�ximo.

La propuesta que estamos presentando contiene, como ya lo hemos dicho, algunas propuestas de la Secretaria, no de los pa�ses, a ser usadas, si as� se considera, en la etapa de preparaci�n. Las propuestas para identificar un rol para la OEA en la etapa de seguimiento tambi�n son de la Secretar�a pero le traer�an responsabilidades a toda la Organizaci�n.

Consideramos fundamental para el-proceso de seguimiento de la Cumbre de Santiago que se mantenga este grupo como la instancia superior de coordinaci�n general M proceso. La eficacia de sus sistemas de coordinaci�n sobrepasa en eficiencia los m�todos parlamentarios que usa a veces nuestra organizaci�n en las negociaciones pol�ticas o en las de creaci�n de nuevos instrumentos jur�dicos. Podr�a pensarse, despu�s de la celebraci�n de la Cumbre, que los propios jefes de Estado o la Asamblea de la OEA crearan en su seno un mecanismo nuevo, con la misma composicion que �ste, con viceministros o funcionarios investidos de amplias iacultades, que utilizara los mismos m�todos de coordinaci�n a efectos de articular mejor todo el funcionamiento de sistema interamericano.

En la medida en que el proceso de Cumbres marche hacia su institucionalizaci�n, resulta conveniente establecer en la OEA un espacio claramente definido que lleve la memoria institucional de� proceso, en el cual los Estados miembros, los gobiernos nuevos y la comunidad en general, puedan encontrar una relaci�n clara de lo acordado, puedan acceder a los documentos entregados por las secretar�as y los pa�ses, las constancias o elementos que los pa�ses hayan querido aportar y en general a cada uno de los hilos del rico tejido del proceso que se origin� en Miami.

Tambi�n puede ser conveniente, dada la multitud de reuniones ministeriales y de otras autoridades que se dan en el marco de la OEA, que ellas se amolden a la nueva arquitectura hemisf�rica, que formalmente empiecen a tomar sus mandatos de las Cumbres presidenciales y sirvan as� al proceso de seguimiento. Tambi�n podr�an la OEA y el BID y las otras instituciones. del sistema interamericano preparar documentos t�cnicos de trabajo para las reuniones ministeriales de expertos, de lo cual el mejor ejemplo a seguir es el del trabajo que OEA, BID, y CEPAL realizan para los Ministros de Comercio. Tambi�n pueden las instituciones internacionales y los organismos, de acuerdo con sus �reas de competencia, prestar el apoyo administrativo y t�cnico a esas reuniones.

Finalmente, cuando se examine el documento que sometemos hoy a su consideraci�n sobre las tareas que ha realizado la OEA, se podr� identificar c�mo son de �tiles las Conferencias especializada y las reuniones de expertos, bajo los m�todos de trabajo que utiliza la Organizaci�n, para el logro de algunos de los objetivos de acci�n colectiva interamericana. Creemos que cuando se tomen las decisiones de seguimien to de la pr�xima Cumbre se debe tener presente esta experiencia.

Dentro de esa l�gica, deseo destacar las posibilidades que ofrece el Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral, el cual cuenta con un marco jundico aprobado por los Congresos del Hemisferio y maneja un importante volumen de recursos de cooperaci�n internacional aportados por los pa�ses.

En el plano Financiero de la OEA, me gustar�a hacer algunos comentarios. Es necesario continuar el proceso de, redimensionamiento, de reasignac��n de recursos a las nuevas prioridades, y de sistematizaci�n con miras a adaptar mejor la estructura de la Secretar�a y la asignaci�n de recursos presupuestales a lo que constituye la voluntad d los Estados al m�s alto nivel pol�tico.

Es muy probable que la OEA, despu�s de un per�odo que ya alcanza m�s de cuatro a�os de congelaci�n de recursos en t�rminos nominales, pueda en un futuro pr�ximo reexaminar con los paises nuevas posibilidades de financiamientos.

De cara a la pr�xima vigencia fiscal, estoy convencido que la OEA puede asumir llas tareas que he enunciado con un a sola condici�n: que los pa�ses miembros y en especial los que llamamos grandes contribuyentes, nos paguen sus cuotas anuales completas. Tambi�n nos har�a bien que nos paguen las cuotas que est�n en mora. Si es as�, creemos que va a ser muy dificil que este enorme ejercicio de identificar �reas de acci�n colectiva que estamos realizando aqu�, encuentre tropiezos insalvables.

Hemos aprendido a enfrentar los grandes desaf�os en t�rminos m�s realistas. Hoy sornos rn�s capaces de mirar nuestros problemas sin voluntarismo, ni tozudez ideol�gica. Ello implica estar conscientes de nuestras limitaciones tanto corno de nuestros entusiasmos, significa medir con detenimiento las expectativas que generamos, y significa asumir estas tareas como procesos graduales y acumulativos.

Se�ores Coordinadores:

Debo ser claro en un punto: entregamos estos documentos como un ingrediente m�s de este rico y m�ltiple tejido. Las p�ginas que leer�n contienen algunas ideas que no pretenden ser finales ni aspiran a ser enfoques cerrados. Tenemos muy claro que en �ltima instancia la OEA es la Organizaci�n de los Estados Americanos y, en ese sentido, s�lo interpretamos la partitura que los pa�ses y sus gobiernos nos asignen. Estamos seguros de que con la conducci�n de la Canciller�a Chilena y el Departamento de Estado se va a decidir lo mejor para los pueblos de las Am�ricas.

La OEA de hoy est� mucho mejor preparada para desarrollar una funci�n eficaz en el cumplimiento de los mandatos que los Jefes de Estado y de Gobierno emitir�n en Santiago. Tenemos en marcha un plan de modernizaci�n administrativa y de reasignaci�n de nuestros recursos a las nuevas realidades hemisf�ricas. Estoy seguro de que con las orientaciones que nos dar�n en la Cumbre quedar� definida una arquitectura de instituciones que lian de servir de marco a nuestras acciones para lograr una Am�rica m�s pr�spera, libre, justa y democr�tica.

Muchas gracias 

[SIRG/1997/X/tracker.htm][SIRG/1997/X/tracker.htm]