I.  Seguimiento de los Mandatos de la Segunda Cumbre de las Américas (Santiago, 1998):

La siguiente es una lista de mandatos de la Segunda Cumbre de las Américas, organizada tal como aparece en el Plan de Acción de Santiago. Haga un "clic" en cualquiera de los renglones para ir a una página sumaria de la cuestión que contiene los antecedentes, el punto alcanzado de su ejecución, el responsable y los coordinadores, así como otra información.

I. EDUCACIÓN:

  1. Educación

II. PRESERVACIÓN Y FORTALECIMIENTO DE LA DEMOCRACIA, LA JUSTICIA Y LOS DERECHOS HUMANOS:

  1. Democracia y Derechos Humanos
  1. Educación para la Democracia
  2. Sociedad Civil
  3. Trabajadores Migrantes
  4. Fortalecimiento de las Administraciones Municipales y Regionales
  5. Corrupción
  6. Prevención y Control del Consumo Indebido y del Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Substancias Psicotrópicas, y Otros Delitos Conexos
  7. Terrorismo
  8. Fomento de la Confianza y Seguridad entre los Estados
  9. Fortalecimiento del Sistema de Justicia y de los Organos Judiciales
  10. Modernización del Estado en la Administración de Materias Laborales

III. INTEGRACIÓN ECONÓMICA Y LIBRE COMERCIO:

  1. Área de Libre Comercio de las Américas
  2. Fortalecimiento, Modernización e Integración de los Mercados Financieros
  3. Ciencia y Tecnología
  4. Cooperación Energética Regional
  5. Infraestructura Hemisférica
    1. Infraestructura General
    2. Transporte
    3. Telecomunicaciones

IV. ERRADICACIÓN DE LA POBREZA Y LA DISCRIMINACIÓN:

  1. Fomento de Micro, Pequeña y Mediana Empresa
  2. Registro de Propiedades 
  3. Tecnologías de Salud 
  4. Mujer
  5. Derechos Básicos de los Trabajadores
  6. Poblaciones Indígenas
  7. Hambre y Malnutrición
  8. Desarrollo Sostenible
  9. Cooperación

V. SEGUIMIENTO DE LAS CUMBRES DE LAS AMÉRICAS:

  1. Seguimiento de las Cumbres de las Américas

II.  Seguimiento de los Mandatos de la Cumbre de las Américas Sobre Desarrollo Sostenible (Santa Cruz de la Sierra, 1996):

Con respecto a esta cumbre especializada, ver el informe del Secretario General sobre las acciones para implementar la Cumbre de las Américas sobre Desarrollo Sostenible.


III.  Seguimiento de los Mandatos de la Primera Cumbre de las Américas (Miami, 1994):

El siguiente es un examen del trabajo realizado por la OEA en relación con cada una de las iniciativas aprobadas como parte del Plan de Acción de Miami, por el cual los Estados del hemisferio dieron mandatos específicos a la OEA. Parte de la siguiente información ha sido sobrellevada por los mandatos surgidos de la Segunda Cumbre de las Américas (ver más arriba); esta información presenta la situación de las iniciativas encomendadas a la OEA hasta Santiago.

  1. Preservación y fortalecimiento de las democracias de las Américas

La OEA ha puesto en práctica varios programas y actividades a fin de respaldar el fortalecimiento institucional de las democracias del hemisferio. Merecen destacarse los numerosos proyectos que la OEA a través de la Unidad para la Promoción de la Democracia (UPD) ha llevado a cabo en los Estados miembros a solicitud de éstos. Dichos proyectos han abarcado, entre otros temas, el fortalecimiento de las instituciones del Estado, la capacitación técnica para empleados del sector público, y programas de instrucción sobre valores democráticos.

Además, la OEA ha prestado su apoyo al proceso democrático mediante una serie de programas especiales para la consolidación de la democracia. Entre éstos se cuenta el apoyo a la consolidación de la paz y al desarrollo de la democracia en países que son particularmente vulnerables, luego de períodos de conflicto interno.

Entre los proyectos de la UPD se pueden mencionar proyectos para fortalecer las instituciones democráticas, para respaldar los procesos destinados a prevenir y resolver conflictos, para crear mecanismos para supervisar el cumplimiento con los derechos humanos, los programas para reintegrar a ex combatientes y a los refugiados a la sociedad, y los programas de educación para la democracia.  Todos los proyectos mencionados han sido adaptados a las situaciones específicas de cada país, y se han llevado a cabo conjuntamente con el Estado beneficiado.

Dichos programas representan el gran apoyo dado por la OEA a la transición a la democracia, y a su restablecimiento y consolidación en los Estados miembros. Éstos programas son los siguientes:

  1. Programas para situaciones posteriores a los conflictos:

La OEA ha organizado diversas clases de programas en Nicaragua (CIAV-OEA), Haití (MICIVIH), Suriname, y, más recientemente en Guatemala. Allí, la OEA ha proporcionado servicios de asesoramiento en apoyo de las negociaciones para la paz, la desmovilización y el desarme de grandes grupos de combatientes, a la repatriación y reasentamiento voluntarios de fuerzas irregulares, la reintegración de tales fuerzas a la vida económica, social y política del país, la supervisión del cumplimiento de los derechos humanos, la creación y capacitación de redes locales de promotores de los derechos humanos, tales como las comisiones de paz y derechos humanos en las zonas de mayor violencia, ayudando a establecerlas institucionalmente.

  1. Misiones para observar elecciones:

Dichas actividades han resultado ser de gran importancia, tanto en los países en los que han habido conflictos como en los países que, desde los primeros años de la década del 80, han pasado por transiciones de regímenes autoritarios a un sistema de gobierno democrático. La participación activa de misiones de observadores de la OEA en las elecciones ha sido importante para la credibilidad, neutralidad y transparencia de los nuevos sistemas electorales. La legitimidad de los gobiernos democráticos iniciales que han sucedido a regímenes autoritarios, o de los gobiernos inmediatamente después de períodos de conflicto, depende principalmente de la honestidad del proceso electoral. Con ese fin, la OEA ha podido contribuir asesorando a las entidades a cargo de las elecciones y, cuando correspondía, validando pública e internacionalmente la honestidad de las elecciones. La OEA ha participado en la observación de elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales.

En el campo de los derechos humanos, la OEA ha llevado a cabo un proceso cuidadoso de estudio, diálogo y evaluación del sistema hemisférico de derechos humanos. Comenzando con reuniones en la OEA a fines de 1996 y a principios de 1997, los representantes gubernamentales, expertos y representantes de la sociedad civil han trabajado para formular una serie de criterios y sugerencias para fortalecer el sistema por el cual se promueven y protegen los derechos humanos. Ese trabajo permitirá el fortalecimiento de las actividades actuales de las diversas ramas del sistema interamericano, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

En la Reunión Cumbre de Miami, los Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas, conscientes de la necesidad de una "estrategia hemisférica amplia y coordinada para reducir el consumo y producción de drogas", apoyando al mismo tiempo las actividades de la CICAD, convinieron en "trabajar juntos para formular una estrategia antidrogas para el siglo XXI". También encargaron a la OEA que trabajara en el problema del lavado o blanqueo de dinero.

Con respecto al primer punto, se adoptó un método multilateral a través de la CICAD a fin de lograr un consenso que posibilitara la firma por los Estados de una declaración de alcance hemisférico que refleje una opinión colectiva sobre la amenaza que representan las drogas, la necesidad de un enfoque global del problema, y el reconocimiento de que el éxito en esta lucha sólo se logrará mediante la colaboración.   Luego, se procedió a la aprobación de la "Estrategia Antidrogas para el Hemisferio" en Buenos Aires en 1996, y su firma posterior en Montevideo en el curso del mismo año. Subsiguientemente, la CICAD aprobó una propuesta inicial que contenía cuarenta y una acciones específicas para poner en práctica dicha estrategia.

En lo que concierne al lavado de dinero, la reunión de ministros en Buenos Aires en 1995 encomendó a la CICAD la tarea de traducir la Declaración de dicha reunión en un programa de acción para luchar contra tales actividades ilícitas. En junio de 1996, las autoridades competentes dieron la aprobación correspondiente.

En el mandato de Miami relativo a la lucha contra la corrupción se indicaba que los gobiernos "teniendo debidamente en cuenta los tratados y leyes nacionales pertinentes, [debían] organizar en la OEA una postura de alcance hemisférico ante los actos de corrupción, negociando un nuevo tratado hemisférico o nuevos planes dentro de los marcos de cooperación existentes".

Después de negociaciones en la OEA, en marzo de 1996 se aprobó la Convención Interamericana Contra la Corrupción. Esto es un acontecimiento de gran importancia en el derecho internacional. Establece un método común de clasificar el delito de corrupción, obliga a los países a fortalecer sus mecanismos internos, y crea posibilidades para entablar acciones contra dicho delito mediante la cooperación judicial, el intercambio de pruebas, y la adopción de medidas sobre la tenencia de la propiedad. También contiene medidas preventivas relacionadas con la modernización de las instituciones públicas, y con la participación de los ciudadanos en mecanismos para controlar la corrupción.

Posteriormente, los Estados miembros aprobaron un plan de acción contra la corrupción, en el que se dispone una serie de medidas específicas relativas a diferentes aspectos que los países pueden empezar a poner en práctica para luchar contra la corrupción e implementar la Convención Interamericana Contra la Corrupción.

En abril de 1996, tuvo lugar en Lima una conferencia especializada sobre el terrorismo, auspiciada por la OEA, con resultados satisfactorios. En la conferencia se expresaron principios comunes que unen a los países del continente, como la base para un plan de acción con el fin de prevenir, contrarrestar y eliminar el terrorismo. En ésta, la primera reunión interamericana sobre el tema, se convino en que los países introducirían medidas, como parte de su legislación nacional, para tratar a los actos terroristas y a sus perpetradores como crímenes y criminales comunes.  En la Declaración y Plan de Acción se establecen instrumentos por los cuales las personas responsables de actos terroristas están sujetas a extradición, y se proponen medidas para lograr una mayor cooperación policial y judicial en situaciones relacionadas con tales actos.

En vista de los cambios políticos y económicos ocurridos en el continente en estos últimos años, la OEA ha considerado importante analizar las consecuencias de dichos cambios en el sistema jurídico interamericano y hacer un balance de las mismas. Es necesario analizar el sistema y su capacidad para adaptarse y responder a las nuevas exigencias que se presentan en materia de democracia,  derecho ambiental, derecho laboral, convenios de comercio e integración económica, inversiones extranjeras, propiedad intelectual, telecomunicaciones,  ciencia y tecnología, seguridad hemisférica, lucha colectiva contra las intrusiones y la internacionalización del crimen organizado y de fenómenos tales como el terrorismo, el tráfico de drogas, la corrupción, el tráfico de armas, y la explotación ilícita de los recursos naturales. En Panamá (1997), la Asamblea General aprobó una declaración sobre la contribución interamericana a la formulación y codificación del derecho internacional, en la que la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos esta trabajando actualmente.

  1. La promoción de la prosperidad mediante la integración económica y el libre comercio

A través de la Unidad de Comercio, la OEA ha prestado un apoyo considerable al proceso del ALCA, específicamente, apoyo técnico a nueve de los doce grupos de trabajo del ALCA para cada una de sus sesiones de consulta y análisis. Los grupos que reciben tal apoyo son los de inversiones, propiedad intelectual, normas y barreras técnicas al comercio, servicios, filiales, antidumping y pagos de compensación, economías pequeñas, resolución de discrepancias, y normas en cuanto a la competencia. La OEA ha producido y publicado cuatro documentos técnicos sobre temas pertinentes al proceso del ALCA. Dichos documentos fueron aprobados por los ministros de comercio en la reunión de Belo Horizonte, y puestos a disposición de todos los Estados en esa oportunidad.

La participación de la OEA en este tema también ha representado la adquisición de una experiencia considerable en el trabajo conjunto con otras instituciones regionales. La concepción del Comité Tripartito organizado por los ministros de comercio como el núcleo de apoyo para el ALCA ha significado la creación de mecanismos para trabajar estrecha y eficientemente con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La Comisión Interamericana de Telecomunicaciones (CITEL) sigue siendo el centro de reuniones para el hemisferio mientras avanza en la revolución informática, compartiendo su experiencia y trabajando en normas de lenguajes.  La CITEL ha hecho importantes aportes técnicos a las tareas de los grupos de trabajo respecto a este sector, y ha producido estudios técnicos con el objeto de prestar apoyo a los diferentes países en su proceso de formular y llevar a la práctica políticas de telecomunicaciones.

La OEA ha respaldado directamente las reuniones ministeriales relativas a este tema, y ha llevado a cabo importantes tareas de asistencia técnica a través del programa MERCOCYT, que promueve el trabajo de las compañías científicas y tecnológicas de la región y los intercambios de información entre éstas, participando también en la formulación y ejecución de planes para el desarrollo científico y tecnológico de los países más pequeños y menos desarrollados.

3. La Erradicación de la Pobreza y la Discriminación en Nuestro Hemisferio

Con la creación del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CIDI), la OEA ha tratado de reformar el trabajo que lleva a cabo en lo relativo a la colaboración para el desarrollo. Al respecto, el CIDI está convirtiéndose en el principal instrumento de la acción colectiva y de la cooperación de la Organización; su objetivo principal es formular y recomendar a la Asamblea General planes estratégicos en los que se disponen directrices, programas y medidas de cooperación para el desarrollo integral.

A través de la Unidad para el Desarrollo Social y la Educación, la OEA ha podido crear un foro para del debate y el diálogo acerca de la política pública a seguirse en la lucha contra la pobreza y la discriminación. En este contexto, la Unidad ha adquirido la función de secretaría técnica de la Red Social de América Latina y el Caribe, apoyando a la Red en su proceso de fortalecimiento institucional y desarrollo de sus recursos humanos. Al mismo tiempo, la Unidad está dedicada intensamente a prestar apoyo al trabajo de los fondos de inversión social de los países del continente.

Ministros y funcionarios se reunieron en la OEA y aprobaron el Programa Interamericano para superar la pobreza y la discriminación, junto con un plan de acción complementario. Dicho plan de acción contribuirá al diálogo interamericano y ayudará a determinar los temas de la colaboración relativa a la modernización de las instituciones públicas y de la administración de programas sociales, respaldará el fortalecimiento de los mecanismos para la participación en la sociedad civil con el objeto de luchar contra la pobreza, promoverá y financiará la inversión social, y prestará apoyo a los programas contra la pobreza y la discriminación.

4. Garantía del Desarrollo Sostenible y la Conservación de Nuestro Medio Ambiente para las Generaciones Futuras

En el Plan de Acción de Miami, los Jefes de Estado y de Gobierno decidieron celebrar una reunión cumbre en Bolivia en 1996 sobre desarrollo sostenible, cuya implementación estaría coordinada por conferencias ministeriales anuales.  En estrecha colaboración con el Gobierno boliviano, y a su pedido, la OEA tomó parte en la organización de dicha reunión, desempeñando además la función de secretaría técnica para las complejas negociaciones que, debido a discrepancias entre los puntos de vista sobre el tema, precedieron la reunión Cumbre de Santa Cruz sobre Desarrollo Sostenible.

En la Cumbre de Bolivia, fueron aprobados dos documentos: una Declaración de Principios y un Plan de Acción. Ambos representaron un paso hacia el desarrollo sostenible con relación a los mandatos contenidos en los documentos de las reuniones de Río y de Miami. No sólo se llegó a un acuerdo por primera vez sobre nociones comunes, sino que también se convinieron acciones colectivas específicas, y se asignaron responsabilidades a diversos países y organizaciones regionales. 


Para mayor información sobre las actividades derivadas de la Primera Reunión Cumbre de las Américas, la "Cumbre de Miami", haga un "clic" aqui para ver el Informe de la Comision Especial de Gestion de Cumbres; y aqui para ver Words Into Deeds, Progress Since the Miami Summit (De las palabras a los hechos: progresos realizados desde la reunión de Miami), publicado por el Gobierno de los Estados Unidos.