El Proceso de Cumbres Hemisf�ricas y la Organizaci�n de los Estados Americanos

La OEA y la experiencia de la Cumbre de Miami

1. Introducci�n.

A tiempo de concluir la Cumbre de las Am�ricas de Miami, un nuevo dise�o de agenda interamericana tom� forma. Los cambios operados en la regi�n en los �ltimos a�os abrieron nuevos espacios de concertaci�n frente a temas esenciales como democracia, derechos humanos, integraci�n econ�mica, desarrollo sostenible, modernizaci�n del Estado, lucha contra las drogas, terrorismo, corrupci�n, y otros no menos importantes.

En varios de estos temas, el Plan de Acci�n de Miami se�al� mandatos precisos para la Organizaci�n de los Estados Americanos, que deb�an traducirse en hechos concretos. Hoy, cerca de tres a�os despu�s de Miami, la Secretar�a General se permite presentar un documento de evaluaci�n objetivo sobre los avances que los Gobiernos del hemisferio lograron en el �mbito de la OEA, algunos de los cuales se han traducido en estrategias colectivas, planes de acci�n y convenciones vinculantes en temas que requirieron de dif�ciles negociaciones.

El resultado est� ah�, y dos lecciones importantes debemos rescatar. Primero, que la sociedad interamericana ha evolucionado y los consensos son mucho mayores hoy que en ninguna otra �poca de nuestra historia. Segundo, que la OEA es el foro pol�tico m�s apropiado para fortalecer los consensos sobre los cuales se apoya la nueva agenda hemisf�rica.

2. La OEA y el seguimiento de los Acuerdos de Miami.

A continuaci�n se presenta una revisi�n de los trabajos realizados por la OEA en relaci�n con cada una de las iniciativas del Plan de Acci�n aprobado en Miami, y en las cuales los Estados entregaron a la OEA mandatos espec�ficos. Los trabajos que se presentan son s�lo aqu�llos que se consideran de mayor envergadura. Ello no implica desconocer el hecho (le que la OEA, a, trav�s de sus distintas �reas, ha puesto en marcha una serie de actividades y proyectos de car�cter espec�fico apoyando la gesti�n de los pa�ses. Es esa acumulaci�n de actividades en las que la Organizaci�n se ha visto involucrada, lo que le ha otorgado una experiencia valiosa en las tareas de implementaci�n y seguimiento de los acuerdos de la Cumbre.

I. La Preservaci�n y el Fortalecimiento de la Comunidad de Democracias en las Am�ricas.

  • Fortalecimiento de la democracia

En esta �rea la OEA ha implementado varios programas y actividades dirigidos a apoyar el proceso de fortalecimiento institucional de las democracias del Hemisferio. Entre estos deben destacarse numerosos proyectos que la OEA, por lo general a trav�s de la Unidad de Promoci�n de la Democracia (UPD), realiza en los Estados miembros que los solicitan. Estos proyectos han cubierto aspectos como fortalecimiento de instituciones de gobierno, programas de capacitaci�n t�cnica a funcionarios p�blicos, programas de capacitaci�n en valores democr�ticos, por mencionar s�lo algunos.

Adem�s de los casos citados, la OEA ha apoyado el proceso democr�tico mediante una serie de Programas especiales de consolidaci�n de la democracia. Bajo esta categor�a se agrupan las iniciativas que constituyen programas complejos que han representado esfuerzos concentrados e integrales de apoyo a la consolidaci�n de la paz y al desarrollo democr�tico en pa�ses particularmente vulnerables despu�s de per�odos de conflicto interno.

En ese sentido, se han realizado proyectos para el fortalecimiento de instituciones democr�ticas; procesos de prevenci�n y resoluci�n de conflictos; de reinserci�n de excombatientes y refugiados; programas de educaci�n para la democracia; y mecanismos para la verificaci�n de la observancia de los derechos humanos. Todos estos proyectos han sido adaptados a las particularidades del pa�s y ejecutados conjuntamente con el Estado beneficiario.

Estos Programas constituyen un aporte sustantivo de la OEA a la transici�n, restauraci�n y consolidaci�n democr�tica en pa�ses miembros. Los programas especiales que se han ejecutado son los siguientes:

a. Programas en situaciones post conflicto.

La OEA ha desarrollado programas de diversas caracter�sticas en Nicaragua (CIAV-OEA), Hait� (MICIVIH), Suriname, y m�s recientemente, Guatemala. En estos casos la OEA ha apoyado actividades tendientes a prestar asesor�a a negociaciones de paz; a la desmovilizaci�n y desarme de grandes contingentes de combatientes; a la repatriaci�n y reubicaci�n voluntarias de las fuerzas irregulares; a la reinserci�n de �stos en la vida econ�mica, social y pol�tica del pa�s; a vigilar y verificar la observancia de derechos humanos; a crear, capacitar e institucionalizar redes locales de promotores de derechos humanos como las Comisiones de Paz y Derechos Humanos en los lugares de m�s violencia.

b. Misiones de Observaci�n Electoral (MOE).

Estas actividades han resultado de gran transcendencia tanto en pa�ses que enfrentan situaciones de post conflicto, como en aquellos pa�ses que desde comienzos de la d�cada de los a�os ochenta experimentaron transiciones de reg�menes autoritarios a gobiernos democr�ticos. En ambas situaciones la realizaci�n de elecciones libres fue un punto cr�tico para la instauraci�n de un sistema de gobierno percibido como leg�timo por amplios sectores de la poblaci�n. La activa participaci�n de misiones de observaci�n de la OEA en �stas fue importante para la credibilidad, neutralidad y transparencia de los nuevos o reci�n renovados sistemas electorales. La legitimidad de los primeros gobiernos democr�ticos despu�s del autoritarismo o aquellos que se establec�an en �pocas de post conflicto, emanaba principalmente de la limpieza del proceso electoral y por tanto el papel de la OEA en observar estos procesos, en asesorar a los entes electorales y en validar p�blica e internacionalmente, cuando hab�a lugar, la transparencia de la elecci�n se convirti� en carta de presentaci�n de dichos nuevos gobiernos.

Las misiones de observaci�n electoral de la OEA tienen en cuenta la totalidad de los aspectos que conforman el proceso electoral, incluida la organizaci�n y administraci�n del acto comicial, la aplicaci�n de la legislaci�n electoral, la inscripci�n de partidos y candidatos, la elaboraci�n del padr�n electoral, el desarrollo de la campa�a proselitista, y la participaci�n de la ciudadan�a, entre otros aspectos. Es conveniente se�alar que en cada caso la Secretar�a actu� s�lo por invitaci�n del Estado miembro objeto de la Observaci�n. Desde la primera misi�n de observaci�n electoral realizada en 1989 a la fecha, la OEA ha participado en la observaci�n de 36 elecciones en 15 Estados miembros. Se han observado elecciones presidenciales, constituyentes, parlamentarias y municipales.

  • Derechos Humanos

En relaci�n con el tema de Derechos Humanos en general, la OEA ha iniciado un minucioso proceso de an�lisis, di�logo y evaluaci�n del sistema de derechos humanos en el hemisferio. A partir de reuniones realizadas en la OEA a fines de 1996 y a comienzos de 1997, representantes de gobiernos, expertos, y representantes de la sociedad civil han avanzado en el seno de la Organizaci�n una serie de criterios y sugerencias en relaci�n a la necesidad de fortalecer el sistema de promoci�n y protecci�n de los derechos humanos. Este trabajo debiera permitir fortalecer las labores que han venido realizando las distintas ramas del sistema interamericano de derechos humanos, entre las que vale destacar la Comisi�n Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

En el tema espec�fico de derechos de los pueblos ind�genas, la OEA, a trav�s de la CIDH, ha elaborado el Proyecto de Declaraci�n sobre los Derechos de los Pueblos Ind�genas. Este proyecto incluy� la realizaci�n de un extenso proceso de consultas con gobiernos y representantes ind�genas de la Regi�n. En el proceso participaron tambi�n distintas �reas de la OEA y otros organismos relevantes en el tema.

  • Estrategia para la lucha contra las drogas

En la Cumbre de Miami, los Jefes de Estado y de Gobierno de las Am�ricas, conscientes de la necesidad de buscar un enfoque colectivo, integrado y equilibrado al problema de las drogas, se�alaron la necesidad de contar con una "estrategia hemisf�rica amplia y coordinada para reducir el consumo y la producci�n de estupefacientes" y a tiempo de respaldar los esfuerzos de la CICAD, convinieron en "trabajar conjuntamente en la formulaci�n de una estrategia contra los estupefacientes para el siglo = ". Asimismo, encomendaron a la OEA trabajar en el �rea de lavado de dinero.

En el primer tema, y a trav�s de la CICAD, se adopt� un enfoque multilateral que permiti� lograr los consensos necesarios para que los Estados suscribieran una Declaraci�n Hemisf�rica que reflejara una percepci�n colectiva de la amenaza que significan las drogas, la necesidad de un enfoque comprensivo del problema y la certeza de que s�lo un esfuerzo colectivo puede tener �xito en esta lucha. Ello fue seguido la aprobaci�n de la "Estrategia Antidrogas del Hemisferio" en Buenos Aires en 1996 y la firma de �sta en Montevideo a fines del mismo a�o. Posteriormente, CICAD aprob� una propuesta inicial con 41 acciones espec�ficas para implementar la Estrategia.

En el �rea de lavado de dinero, CICAD recibi� de la reuni�n ministerial de Buenos Aires de 1995 la tarea de transformar la Declaraci�n de dicha reuni�n en un Programa de Acci�n contra el Lavado de Dinero. Esta fue aprobada por las autoridades pertinentes en junio de 1996 y se encuentra en etapa de implementaci�n.

  • Corrupci�n

El mandato de Miami en el tema de lucha contra la corrupci�n establec�a que los Gobiernos "desarrollar�n en la OEA, con la debida consideraci�n de los tratados y las leyes nacionales pertinentes, un enfoque hemisf�rico sobre los actos de corrupci�n en los sectores p�blico y privado que incluya la extradici�n y el enjuiciamiento de los individuos que hayan sido acusados de corrupci�n, a trav�s de la negociaci�n de un nuevo acuerdo hemisf�rico o de nuevos arreglos dentro de los marcos existentes para la cooperaci�n".

Luego de un proceso de discusi�n en la OEA, se aprob� en marzo de 1996, la Convenci�n Interamericana contra la Corrupci�n. Esta constituye un hito en el derecho internacional, establece una triplicaci�n com�n con respecto al delito de corrupci�n, compromete a los pa�ses a fortalecer sus mecanismos internos y abre las posibilidades para perseguir este delito v�a cooperaci�n judicial, intercambio de evidencias y la adopci�n de medidas sobre la propiedad. Tambi�n dispone medidas preventivas asociadas al proceso de modernizaci�n de las instituciones p�blicas y participaci�n ciudadana en los mecanismos de control.

Por �ltimo, es necesario destacar dos elementos fundamentales de la Convenci�n. El primero es que �sta logra un importante avance dentro del prop�sito de evitar que el secreto bancario pueda ser utilizado para encubrir o proteger a los corruptos; y el segundo elemento es que la Convenci�n tambi�n logra importantes avances en un compromiso entre los valores protegidos por el asilo y los que son propios del combate contra la corrupci�n.

La Convenci�n Interamericana contra la Corrupci�n ha sido posteriormente reforzada con la aprobaci�n por los Estados de un Plan de Acci�n contra la Corrupci�n. �ste se�ala una serie de medidas espec�ficas en distintas �reas que los pa�ses pueden comenzar a implementar para combatir la corrupci�n.

  • Terrorismo

En el marco de la OEA se realiz� en Abril de 1996 en la ciudad de Lima en una exitosa Conferencia Especializada sobre Terrorismo. En esta reuni�n se establecieron los principios comunes que asocian a los pa�ses americanos y que los compromete en un plan de acci�n para prevenir, combatir y eliminar el terrorismo. En esta reuni�n, la primera reuni�n Interamericana en esta �rea, se acord� que los pa�ses introducir�n en sus legislaciones nacionales medidas para tratar a los actos terroristas y quienes los perpetren como delitos comunes. As� mismo, la Declaraci�n y el Plan de Acci�n establecen instrumentos para permitir la extradici�n de personas responsables de actos terroristas y se proponen medidas conducentes a lograr una mayor cooperaci�n policial y judicial en situaciones relacionadas con acciones terroristas.

  • Evaluaci�n del Derecho Interamericano

Dado los cambios que ha experimentado el escenario pol�tico y econ�mico del Hemisferio en los �ltimos a�os, la OEA ha considerado importante evaluar y reflexionar sobre las repercusiones que dichos cambios tienen sobre el sistema jur�dico interamericano. Resulta necesario evaluar dicho sistema y ver su capacidad de adaptarse y responder a nuevas demandas en �reas como: democracia; derecho ambiental; derecho laboral; acuerdos comerciales y de integraci�n econ�mica; inversi�n extranjera; propiedad intelectual; telecomunicaciones; ciencia y tecnolog�a; seguridad hemisf�rica; lucha conjunta contra el avance y la internacionalizaci�n del crimen organizado y de fen�menos como el terrorismo, el narcotr�fico, la corrupci�n, el tr�fico de armas y la explotaci�n �l�cita de recursos naturales.

Durante el �ltimo a�o los diferentes �rganos de la OEA han tomado decisiones de la mayor trascendencia para conseguir este prop�sito. As�, por primera vez la Asamblea General en Panam� aprob� una declaraci�n sobre la contribuci�n interamericana al desarrollo y codificaci�n del derecho internacional, en cuyo desarrollo ahora se encuentra trabajando la Comisi�n de Asuntos Jur�dicos y Pol�ticos.

II. La Promoci�n de la Prosperidad Mediante la Integraci�n Econ�mica y el Libre Comercio

  • Comercio

La OEA, a trav�s de su Unidad de Comercio, ha otorgado un importante apoyo t�cnico al proceso del ALCA. Esto se ha traducido en trabajos de apoyo t�cnico a nueve de los doce grupos de trabajo del ALCA para cada una de sus sesiones de consultas y an�lisis. Los grupos apoyados por la Unidad de Comercio son: Inversi�n; Propiedad Intelectual; Normas y Barreras T�cnicas al Comercio; Servicios; Subsidios; Antidumping y Derechos Compensatorios; Econom�as m�s Peque�as; Soluci�n de Controversias; y Pol�tica de Competencia; En ese contexto, la OEA ha preparado y publicado cuatro documentos t�cnicos en temas relevantes al proceso ALCA. Estos documentos fueron aprobados por los ministros de Comercio en la reuni�n de Belo Horizonte y fueron puesto a disposici�n de todos los Estados en dicha ocasi�n.

El trabajo de la OEA en esta �rea ha significado tambi�n adquirir una importante experiencia en cuanto a trabajo conjunto con otras instituciones regionales. El esquema de Comit� Tripartito establecido por los ministros de Comercio como el espacio encargado del apoyo al ALCA, ha implicado dise�ar mecanismos de colaboraci�n estrecha y eficiente con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y con la Comisi�n Econ�mica para Am�rica Latina y el Caribe (CEPAL).

  • Telecomunicaciones

 

La Comisi�n Interamericana para las Telecomunicaciones (CITEL) contin�a siendo el gran punto de encuentro de los pa�ses del Hemisferio en el proceso de avanzar en la revoluci�n de la informaci�n compartiendo experiencias y estandarizando lenguajes. CITEL ha prove�do importante contribuciones t�cnicas a trabajo realizado por los Grupos de Trabajo en esta �rea, as� como mediante la elaboraci�n de estudios t�cnicos dirigidos a apoyar el proceso de dise�o e implementaci�n de pol�ticas en telecomunicaciones por parte de los Estados miembros.

  • Ciencia y tecnolog�a

LA OEA ha apoyado directamente las reuniones de ministros del �rea y ha desarrollado un importante trabajo de cooperaci�n y asistencia t�cnica a trav�s del Programa MERCOCYT. Este promueve el trabajo de las asociaciones cient�ficas y empresas tecnol�gicas de la Regi�n y fomenta el intercambio entre ellas. Tambi�n est� dedicada a elaborar e implementar planes de desarrollo cient�fico y tecnol�gico para Estados m�s peque�os y de menor desarrollo relativo.

 

III. La Erradicaci�n de la Pobreza y la Discriminaci�n en Nuestro Hemisferio

  • Lucha contra la pobreza y la exclusi�n

Con la creaci�n del Consejo Interamericano de Desarrollo Integral, la OEA ha buscado readecuar su trabajo en las �reas de cooperaci�n para el desarrollo. En ese sentido, el CIDI surge como el principal instrumento de acci�n colectiva y de cooperaci�n de la Organizaci�n y tiene como objetivo central formular y recomendar a la Asamblea General planes estrat�gicos que articulen las pol�ticas, los programas y las medidas de acci�n en materia de cooperaci�n para el desarrollo integral.

A trav�s de la Unidad de Desarrollo Social y Educaci�n, la OEA ha logrado establecer un espacio de discusi�n y di�logo sobre pol�ticas p�blicas en la lucha contra la pobreza y la discriminaci�n. En ese contexto esta Unidad ha asumido las tareas de secretariado t�cnico de la Red Social de Am�rica Latina y el Caribe mediante la cual debe apoyar a la Red para su fortalecimiento institucional y el de sus recursos humanos. Simult�neamente, la Unidad apoya intensamente el trabajo realizado por los Fondos de Inversi�n Social de los pa�ses del hemisferio.

Es a partir de esa experiencia que los ministros y autoridades del �rea se reunieron en el seno de la OEA para aprobar el "Programa Interamericano de Combate a la Pobreza y la Discriminaci�n" y el Plan de Acci�n respectivo. Este �ltimo impulsar� el fortalecimiento del di�logo interamericano y la identificaci�n de �reas espec�ficas de colaboraci�n en lo relacionado con la modernizaci�n de las instituciones p�blicas y la gesti�n social; el fortalecimiento de los mecanismos de la participaci�n de la sociedad civil en el combate a la pobreza; la promoci�n y financiamiento de la inversi�n social; y los programas de combate a la pobreza y la discriminaci�n.

IV. La Garant�a del Desarrollo Sostenible y la Conservaci�n de Nuestro Medio Ambiente para las Generaciones Futuras

En el Pan de acci�n de Miami, los Jefes de Estado y de Gobierno determinaron realizar una Cumbre sobre Desarrollo Sostenible en Bolivia, para el a�o 1996, seguida de Conferencias Ministeriales anuales.

En estrecha cooperaci�n con el Gobierno de Bolivia y a solicitud de �ste, la OEA particip� en la organizaci�n de dicha Cumbre y sirvi� de Secretar�a T�cnica para las complejas negociaciones que precedieron a la realizaci�n de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible de Santa Cruz, debido a la disparidad de puntos de vista sobre el tema.

En la Cumbre de Bolivia se aprobaron dos documentos: una Declaraci�n de Principios y un Plan de Acci�n que significaron un avance en el tema de Desarrollo Sostenible, respecto a la Cumbre de Medio Ambiente y Desarrollo de R�o y a la Cumbre de Miami.. No s�lo se adoptaron por primera vez conceptos comunes, sino que se acordaron acciones colectivas concretas, fijando responsabilidades a los pa�ses y a los organismos regionales.

En virtud de esta Declaraci�n el Desarrollo Sostenible se afirma como un proceso que de forma interdependiente e integral vincula estrategias, objetivos y procesos econ�micos, sociales y ambientales en beneficio del ser humano como individuo con necesidades econ�micas, como ciudadano con derechos pol�ticos y como parte de la biosfera.

En ese espacio, los consensos de Santa Cruz sientan las bases de un nuevo paradigma del desarrollo en sus dimensiones sociales y ambientales, reconocen la necesidad de nuevos y adicionales instrumentos financieros, capacidades tecnol�gicos y herramientas macroecon�micas para el desarrollo con sostenibilidad; la necesidad de una mejor estructura, racionalidad y coordinaci�n de la cooperaci�n.

[pubs/tracker.htm]