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CONSEJO PERMANENTE DE LA ORGANIZACI�N DE LOS ESTADOS AMERICANOS
COMISI�N ESPECIAL SOBRE GESTI�N DE CUMBRES INTERAMERICANAS

OEA/Ser.G  CE/GCI-117/97
30 octubre 1997
Original: espa�ol

LA OEA Y EL SEGUIMIENTO DE LA CUMBRE DE MIAMI: FORTALECIMIENTO DE LA DEMOCRACIA
(Documento presentado por la Unidad para la Promoci�n de la Democracia, UPD)


ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
ORGANIZACAO DOS ESTADOS AMERICANOS
ORGANISATION DES ETATS AMERICAINS
ORGANIZATION OF AMERICAN STATES

telefax

POR/TO: Emb. Diego Portales, Representante Permanente de Chile ante la Organizaci�n de los Estados Americanos
FECHA/DATE: 21 de octubre de 1997
DE/FROM: Elizabeth Spehar, Coordinadora Ejecutiva/UPD
NOTA/NOTE: Tal como acordamos, le anexo al presente el documento "La OEA y el Seguimiento de la Cumbre de Miami: Fortalecimiento de la Democracia".


I. INTRODUCCION

1. El ideal democr�tico

La vocaci�n democr�tica de la Organizaci�n ha estado presente desde la celebraci�n de las primeras reuniones interamericanas. No obstante y a pesar de tan promisorias iniciativas, su avance y ritmo de maduraci�n no han tenido una expresi�n lineal.

El desarrollo de esta vocaci�n, interrumpido e interpolado, Fundamentalmente por el conflicto este-oeste se vio afectado por la devaluaci�n de los gobiernos constitucionales Y representativos basados en el consenso y en la discusi�n racional. Es as� que el reconocimiento de la democracia como principio orientador de los Estados Americanos s�lo alcanz�, en ese per�odo, los niveles de un compromiso moral, sin llegar a ser la obligaci�n de naturaleza jur�dica, consagrada en la Carta de 1948.

Superado el eclipse impuesto por la "Guerra Fr�a", comienza la tercera ola de democratizaci�n en la Regi�n y, con ella, renace la idea de que la democracia representativa es el �nico sistema compatible con las m�s profundas convicciones del continente.

A partir de la �ltima d�cada, la OEA ha avanzado, decididamente, hacia la consolidaci�n de su vocaci�n democr�tica y, se ha convertido en el �nico organismo multilateral en el que la democracia representativa se encuentra en los fundamentos de su naturaleza asociada.

Desde la aprobaci�n del Protocolo de Cartagena de Indias, en 1985, m�ltiples y reiteradas resoluciones y declaraciones han ido dotando a la Organizaci�n del instrumental jur�dico e institucional adecuado para cumplir con la funci�n que le ha sido confiada en apolvo de la defensa de los derechos individuales que garantizan los reg�menes democr�ticos.

El Compromiso de Santiago, la Resoluci�n 1080 sobre Democracia Representativa, el Protocolo (le Washington (en vigor desde fecha reciente), conforman un cuerno normativo que apunta, con diversos grados y alcances, a la defensa y fortalecimiento de la institucionalidad democr�cica.

Asimismo, el establecimiento de la Unidad para la Promoci�n de la Democracia (UPD) en 1990, su estructura y mandatos primigenios respondieron a la necesidad de los Estados miembros de recibir asesoramiento y asistencia para preservar o fortalecer sus instituciones pol�ticas y procedimientos democr�ticos.

2. La Cumbre de Miami y la Declaraci�n de Montrouis

La Cumbre de Miami, celebrada en diciembre de 1994, fue como tantas veces lo se�alara el Secretario General, "Una cita hist�rica de solidaridad y unidad interamericanas" que marc� un hito en la responsabilidad colectiva de defender la consolidaci�n democr�tica.

Meses despu�s la Asamblea General aprueba la Declaraci�n de Montrouis y, con ella, el tema de la democracia recupera, definitivamente, su centralidad en la agenda del foro regional interamericano.

La OEA, reconocida en la Cumbre como "el principal organismo hemisf�rico para la defensa de los valores y de las instituciones democr�tica, se compromete a trav�s de la citada resoluci�n a promover y efectuar el seguimiento de las acciones consignadas por los jefes de Estado y de Gobierno en el Plan de Acci�n de Miami.

De la lectura de los textos de Miami y de Montrouis surge claramente que la democracia debe ser encarada desde un punto de vista m�s rico y abarcador de su naturaleza esencial, sin ignorar las nuevas circunstancias, modalidades y situaciones que la rodean.

Ambos documentos aluden a la democracia -en su dimensi�n m�s amplia, superando concepciones modestas que la defin�an como el conjunto de garant�as contra el ascenso o mantenimiento del poder de dirigentes contrarios a la voluntad de la mayor�a. Ciertamente, su concepto no queda reducido a la desaparici�n de las dictaduras o reg�menes autoritarios del pasado, sino que integra la autonom�a de la sociedad civil, a trav�s de las creencias en los valores pluralistas y comprende la superaci�n de las debilidades institucionales as� como la toma de conciencia de nuevas amenazas que afectan las condiciones de gobernabilidad democr�tica.

II. LA NUEVA AGENDA INTERAMERICA Y LA UNIDAD PARA LA PROMOCION DE LA DEMOCRACIA

Vale la pena reafirmar, en este documento que la nueva agenda interrarnericana emanada de la Cumbre de Miami y ratificada en Montrouis, es un verdadero reflejo de la ecuaci�n entre normas y valores, formas y contenidos que requiera del orden democr�tico para subsistir.

As�, el Plan de Acci�n de Miami consigna el Compromiso de los Jefes de Estado y de Gobierno de respaldar las gestiones de la OEA para promover la democracia a trav�s de los siguientes medios:

-- Alentando los intercambios de tecnolog�as en materia electoral, y asistiendo a los organismos electorales nacionales, a solicitud del estado interesado.
-- Fortaleciendo la Unidad pira la Promoci�n de la Democracia, a fin de que, a solicitud del estado interesado, pueda prestar asistencia en cuestiones tales como procedimientos legislativos y judiciales, reformas al gobierno (incluidas la administraci�n de justicia, la modernizaci�n t�cnica de los �rganos legislativos del pa�s, la simplificaci�n de los reglamentos gubernamentales, y el fomento de la participaci�n de las organizaciones comunitarias en la democracia local) y otros cambios institucionales.
-- Estimulando las oportunidades para el intercambio de experiencias entre las instituciones democr�ticas (le los Estados miembros en particular entre sus �rganos legislativos y judiciales.
-- Promoviendo el entendimiento, el di�logo y la reconciliaci�n pol�tica, a petici�n del Estado afectado.

Finalmente, en la parte introductoria de la secci�n sobre democracia en el plan de acci�n, se indica que la OEA debe impulsar mayores esfuerzos hacia la promoci�n de las pr�cticas y los valores democr�ticos.

1. Fortalecimiento de la UPD

Los mandatos de Miami y de Montrouis hicieron evidente que la Unidad deb�a ser fortalecida, con una estructura de recursos humanos y presupuestarios acorde con la prioridad fundamental que el tema de la democracia ten�a en el hemisferio.

En este sentido, cabe anotar que, teniendo en cuenta las restricciones presupuestarias que afectan la programaci�n general de actividades de la Organizaci�n, la UPD se ha visto beneficiada por el incremento significativo de recursos externos y mayores asignaciones en el Fondo Regular.

Adem�s, a trav�s de la Orden Ejecutiva del Secretario General No. 95/6 (del 25-7/95), se modific� la estructura org�nica de la UPD para acomodar las siguientes �reas tem�ticas:

- asistencia t�cnica electoral
- fortalecimiento de las instituciones democr�ticas
- informaci�n y di�logo
- programas especiales

Las funciones de la UPD se desempe�an en el contexto m�s amplio del rol de la Organizaci�n en el Hemisferio como foro pol�tico, como instrumento de cooperaci�n solidaria, y como agente de generaci�n e intercambio de conocimientos, informaci�n y experiencias.

2. Organismos y procesos electorales

Estas actividades encuentran su fundamento en la indiscutida premisa de que la base del poder es el consentimiento de los futuros gobernados, y que no hay poder popular que pueda llamarse democr�tico si no ha sido acordado y renovado por una libre elecci�n. Como lo sostiene Alain Touraine, "no hay democracia sin la libre elecci�n de los gobernantes por los gobernados".

Pero la elecci�n es s�lo un "momentum" del proceso electoral que solo puede ser comprendido en su totalidad, es decir, como un sistema que reconoce elementos, o factores, de orden institucional y normativo, asociados a variables hist�ricas, culturales y demogr�ficas, que interactuan y se complementan, afectando o incidiendo sobre el r�gimen pol�tico.

Ortega y Gasset, en los a�os veinte, ya habla planteado la relaci�n entre democracia y sistema electoral. Hoy d�a, la concepci�n moderna del Estado, que busca eficiencia en todos los �rdenes, tambi�n marca rumbo a la importancia que van adquiriendo los Tribunales o Comisiones Electorales, garantes por excelencia de que se den las condiciones m�s favorables para que se produzca una elecci�n sin objeciones.

En este sentido, la OEA a trav�s de la UPD, apoya las iniciativas de las instituciones electorales con la convicci�n de que deben ser fortalecidas en funci�n de la importancia que revisten como canalizadores imparciales del ejercicio del sufragio. Las actividades de la UPD se proyectan para lograr la existencia de un poder electoral centralizado responsable del cronograma regresivo en todas sus fases, con autonom�a org�nica, jur�dica y presupuestaria. (1)

Los programas de la UPD incluyen la incorporaci�n de tecnolog�as que permiten simplificar el proceso electoral. Es evidente que la adopci�n de t�cnicas modernas de procesamiento de la informaci�n son determinantes para la obtenci�n de un costo beneficio �ptimo y aseguran la eficiencia, integridad y el seguridad de los procedimientos. Relacionado con este tema se han emprendido misiones de asistencia t�cnica para el fortalecimiento de los Registros Civiles, que son el soporte de la informaci�n y actualizaci�n permanente de los padrones electorales y custodios de estad�sticas, indispensables para la implementaci�n de pol�ticas p�blicas de educaci�n, salud y vivienda, para mencionar las m�s importantes.

En cuanto a los intercambios de tecnologias en materia electoral, el programa de la UPD ha estimulado y propiciado, en varias ocasiones, la cooperaci�n horizontal entre pa�ses miembros, lo cual ha permitido intercambios de tecnolog�as y t�cnicas electorales entre las instituciones electorales del hemisferio. Asimismo, se est� planificando para 1998 un evento hemisf�rico con autoridades electorales de las Am�ricas para profundizar los conocimientos y el intercambio sobre tecnolog�as modernas electorales.

En otras palabras, la UPD est� apoyando a los pa�ses en su objetivo de transformar a los organismos electorales para que sean unificados en su responsabilidad, aut�nomos, independientes, y tengan la capacidad t�cnica necesaria. Su modernizaci�n, fortalecimiento administrativo y tecnol�gico, es condici�n indispensable para dinamizar la relaci�n entre ciudadan�a y partidos pol�ticos y para lograr adem�s procesos electorales cada vez m�s libres y transparentes.

Finalmente, y vinculado a este �mbito de trabajo, la UPD organiza la solicitud del Estado miembro interesado, misiones de observaci�n electoral a las que se les ha dado gran trascendencia en materia de credibilidad y neutralidad. El objetivo de dichas misiones no s�lo es contribuir a la tranparencia del proceso electoral, sino tambi�n a que se desarrollen normalmente. En ese sentido, las misiones frequentemente formulan recomendaciones acerca de medidas que se podr�an tomar para el mejoramiento y fortalecimiento de los sistemas e instituciones electorales. Desde 1989 hasta la fecha la OEA ha participado en 36 elecciones en 15 Estados miembros.

3. Modernizaci�n del Estado. Instituciones y procesos legislativos

En las distintas sociedades democr�ticas del hemisferio se puede observar una crisis de representatividad de los sectores pol�ticos. Esta crisis, sin embargo, no se manifiesta, como en otras etapas hist�ricas, en un cuestionamiento del sistema democr�tico, sino que se traslada, en muchos casos, de la clase dirigente hacia �mbitos donde �sta desarrolla sus acciones, particularmente, los parlamentos. Ello, indudablemente, plantea problemas de credibilidad que afectan a instituciones fundamentales del sistema democr�tico.

Los Estados miembros, reconociendo que el apropiado funcionamiento de las asambleas legislativas es tina condici�n indispensable para la estabilidad del sistema pol�tico, han solicitado la colaboraci�n de la UPD para llevar adelante programas que apunten a mejorar la funci�n fiscalizadora y de control pol�tico del parlamento, la eficacia de su capacidad legislativa, la articulaci�n con los dem�s poderes del Estado, y los mecanismos de vinculaci�n con la opini�n p�blica y con los intereses del ciudadano.

Cabe se�alar que estas actividades, en virtud de las limitaciones presupuestarias y de recursos humanos, y como complemento a los programas de modernizaci�n t�cnica realizados por organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo, han enfocado sus esfuerzos, principalmente en la creaci�n de un conjunto de informaci�n y conocimientos s�lido y sistem�tico sobre la problem�tica y el funcionamiento de las instituciones legislativas. Estos conocimientos y la informaci�n generada puede servir de base para los intentos de modernizaci�n y/o adecuaci�n de las instituciones legislativas, as� como para la capacitaci�n en asuntos legislativos de funcionarios, pol�ticos... profesores y estudiantes de ciencia pol�tica y periodistas. Los esfuerzos para generar conocimientos e informaci�n han incluido el intercambio de experiencias entre legisladores de los Estados miembros, la publicaci�n y difusi�n de estudios e investigaciones comparativas y actividades de acercamiento entre los medios acad�micos y los que ejercen funciones legislativas. Los programas de la UPD tambi�n han puesto �nfasis en la capacitaci�n de asesores y funcionarios legislativos y en la asesor�a t�cnica punctual para legisladores y la instituci�n. Como producto importante de esta labor, en los �ltimos a�os, la LTD ha venido construyendo una red de contactos y relaciones con varias Legislaturas de la regi�n, con los Parlamentos Regionales y con instituciones privadas y/o acad�micas especializadas en el estudio del poder legislativo.

La UPD en el ejercicio de este mandato de la Cumbre viene comprometiendo sus mejores esfuerzos para que, como lo ha se�alado el Secretario General, los �rganos legislativos sean "m�s representativos de la diversidad de cada naci�n y con mayores instrumentos para debatir sobre los asuntos cruciales del Estado". (2)

4. Democracia local/participaci�n de las organizaciones comunitarias

La reformulaci�n de la pol�tica econ�mica en los pa�ses de la Regi�n ha estado acompa�ada de procesos de transformaci�n y modernizaci�n profunda de los Estados, con �nfasis particularmente en la redefinici�n de su papel y a su dimensionamiento. Las nuevas estrategias de desarrollo han requerido el cambio de un Estado central y centralista hacia que incentive la participaci�n de la sociedad civil y de los poderes locales para realizar, con eficacia y eficiencia, una cuesti�n de mayor acercamiento a las necesidades inmediatas, que acerque el poder y las decisiones pol�ticas a la ciudadan�a.

En los �ltimos a�os los pa�ses de la Regi�n han emprendido iniciativas de descentralizaci�n como instrumento para la implementaci�n de pol�ticas p�blicas de distinta naturaleza. Al mismo tiempo el papel m�s protag�nico de los gobiernos locales ha incentivado la participaci�n, abri�ndose de este modo nuevas oportunidades para acercar a los dos actores indispensables en una democracia el Estado y la Sociedad Civil.

La UPD apoya a los Estados miembros en aquellas actividades destinadas a promover la descentralizaci�n de la gesti�n publica y para que las autoridades locales puedan emprender nuevas acciones y puedan resolver con amplios medios los problemas de cada regi�n, provincia o municipio. En el marco de estas actividades, el tema de la participaci�n ciudadana aparece vinculado sobre todo a la necesidad de establecer e implementar mecanismos que complementen las formas tradicionales de participaci�n pol�tica. Se trata, en definitiva, de reivindicar el papel de los actores sociales, particularmente, de los menos favorecidos en el proceso de formulaci�n y ejecuci�n de pol�ticas p�blicas a nivel local.

La UPD est� realizando actividades a favor de los procesos de descentralizaci�n y fortalecimiento de la democracia local principalmente en los niveles interamericano y subregional. El papel que se est� desempe�ando, es el de crear y diseminar conocimientos e informaci�n acerca de los procesos de descentralizaci�n, fortalecimiento de gobiernos locales y la participaci�n de organizaciones comunitarias y de otros actores sociales a nivel local, tiene el objeto de suministrar apoyo y opciones adicionales al proceso de formulaci�n de pol�ticas sobre estos temas, a beneficio de los Estados miembros interesados. Por lo tanto, las actividades se sit�an principalmente a nivel de gobierno central, en apoyo al desarrollo de los aspectos pol�ticos, administrativos y jur�dicos de la descentralizaci�n, el gobierno local y la participaci�n. (3)

5. Promoci�n de las pr�cticas y los valores democr�ticos

La democracia como modelo social requiere de la orientaci�n necesaria para evitar los riesgos inherentes a ella. Tocqueville vislumbr� que el primer deber que se impone a los hombres que dirigen la sociedad es "instruir la democracia… y reanimar si es posible las creencias."

Autores tan diferentes como Durkheim, Weber y Pareto, se�alaron tambi�n que las creencias desempe�an un papel fundamental en la vida social y que pueden establecer los fines y, orientar la b�squeda de los medios de la acci�n individual y colectiva.

No hay duda de que la viabilidad de todo sistema pol�tico democr�tico, depende en gran medida de la solidez de su cultura, creencias y valores pol�ticos. Esta cultura supone el respeta a las leves, particularmente la regla constitucional, la formaci�n de una opini�n p�blica y el sentido de compromiso... que conjuga el balance entre consenso y disenso. Por su parte, las pr�cticas y valores esenciales de la democracia son la tolerancia, la solidaridad participativa, el respeto a otros, la resoluci�n pac�fica de los diferendos, el ejercicio de la libertad, entre otros.

La democracia, como sistema pol�tico, como forma de gobiemo, y como forma de vida debe ser preservada. La condici�n b�sica para ello es el est�mulo a la cultura democr�tica y el aprendizaje e institucionalizaci�n de normas y reglas claras que la guaranticen. Por eso, la UPD y los Estados miembros siguen uniendo sus esfuerzos en el entendido de que la democracia es el resultado de un proceso largo y progresivo de articulaci�n entre el Estado y, la sociedad civil, que el comportamiento de los actores sociales depende de creencias, y que la difusi�n y enraizamiento de los valores dominantes de una cultura c�vica tienen un papel decisivo en el proceso de democratizaci�n del mundo.

En este sentido, los sistemas educativos tienen un papel crucial en la definici�n y promoci�n de los valores y pr�cticas democr�ticas. Sin embargo, existe escaso conocimiento e informaci�n sobre c�mo o cu�l es la manera m�s efectiva, de ense�ar y trasmitir a la ciudadan�a, en particular a la juventud, esos valores y pr�cticas. Al mismo tiempo, cabe se�alar que no se trata �nicamente de la sensibilizaci�n y formaci�n de la ciudadan�a, sino tambi�n y espec�ficamente de la inculcaci�n de m�todos y pr�cticas democr�ticas dentro de nuestros sistemas e instituciones pol�ticas.

Con el objeto de colaborar con los Estados miembros en la promoci�n y en el enraizamiento de los valores y pr�cticas fundamentales para la democracia, la UPD ha apoyado a instituciones educativas para el desarrollo de programas de educaci�n para la democracia a nivel primario, secundario y universitario, ha iniciado programas de formaci�n de j�venes l�deres pol�ticos y ha capacitado y apoyado en la construcci�n de di�logo y en el desarrollo y aplicaci�n de m�todos y mecanismos de resoluci�n pac�fica de conflictos. (4)

6. Di�logo y Reconciliaci�n Pol�tica

La preservaci�n de la paz es un objetivo ineludible de los reg�menes democr�ticos. A ella est�n consagradas tanto los pa�ses de la regi�n, como esta Organizaci�n hemisf�rica. Los Estados definen, soberanamente y dentro de sus respectivas jurisdicciones, los mecanismos y acciones para alcanzar tan noble prop�sito. La OEA, por su parte, a solicitud de los Estados miembros, los promueve o impulse, contribuyendo a eliminar los factores de perturbaci�n e inestabilidad para que la democracia siga siendo, como lo ha reiterado el Secretario General, la columna vertebral de la renovaci�n estructural de la Regi�n.

En estos esfuerzos para afianzar la paz, cada vez es m�s necesario un apoyo a la readecuaci�n de las relaciones sociales y de la relaci�n Estado-ciudadano, mediante la promoci�n de di�logo y la creaci�n de espacios para que el di�logo, la negociaci�n y la conciliaci�n puedan llevarse a cabo.

La LIPD ha actuado en apoyo a varios procesos de reconciliaci�n pol�tica, a trav�s de programas o misiones especiales, apoyando la consolidaci�n de las instituciones democr�ticas y el mantenimiento de un clima de paz. Esta labor ha servido de respaldo a las decisiones y acciones importantes tomadas por los cuerpos pol�ticos de la Organizaci�n en defensa del orden democr�tico y para la paz en el hemisferio. Se ha colaborado con varios Estados miembros en situaciones de post-conflicto, y/o de transici�n democr�tica, en �reas tales como asesor�a y seguimiento de negociaciones de paz, promoci�n del di�logo, prevenci�n y resoluci�n de conflictos, reconstrucci�n nacional, reinserci�n de ex-combatientes, verificaci�n y promoci�n de derechos humanos y fortalecimiento de las instituciones b�sicas democr�ticas del gobierno y de la sociedad civil. (5)

Las Misiones de Observaci�n Electoral (MOE) de la Organizaci�n llevadas a cabo por la UTD han jugado un papel importante en varios procesos electorales realizados en momentos cr�ticos de post-conflicto o de transici�n democr�tica en pa�ses del hemisferio. La activa participaci�n de las Misiones en estos contextos fr�giles de sistemas electorales nuevos o reci�n renovados fue importante para respaldar a las instituciones electorales, contribuir a la transparencia de los comicios, disuadir pr�cticas anti-democr�ticas y aumentar la confianza de la poblaci�n en las elecciones.

Asimismo, cabe se�alar que en varias oportunidades y a solicitud de las partes, las MOE de la Organizaci�n han podido servir como conducto informal para cl di�logo, la construcci�n de consensos y la resoluci�n de conflictos. (6)

7. Intercambios de experiencia

Tal como lo mencionamos anteriormente, uno de los objetivos y metodolog�as de trabajo de la UTPD ha sido la promoci�n de los intercambios de experiencias entre las instruccione democr�ticas de los Estados. En este sentido, se pueden mencionar actividades en beneficio de los �rganos legislativos, de ministerios de educaci�n en materia de educaci�n para la democracia, instituciones electorales, entidades centrales responsables de la descentralizaci�n, la participaci�n y de los gobiernos locales, y de los alcaldes del hemisferio. (7)  En varias oportunidades, los eventos han involucrado tanto a las autoridades de estas entidades como a los t�cnicos. Asimismo, se intenta propiciar el intercambio entre representantes gubernamentales y acad�micos o expertos en las materias.

III. COMENTARIOS FINALES

Como hemos rese�ado en este documento el Plan de Acci�n de Miami, reafirmado por la Declaraci�n de Montrouis, fij� un rumbo preciso para la Organizaci�n, que, reiteramos, fue calificada en esa oportunidad como "el principal organismo para la defensa de los valores y de las instituciones democr�ticas".

En fecha reciente, el Secretario General ha se�alado que la revisi�n de los trabajos realizados por la OEA revela una experiencia valiosa en las tareas de implementaci�n y seguimiento de los acuerdos de la Cumbre.

En lo que respecta espec�ficamente a la UPD, estimamos que la evaluaci�n es positiva.

En primer lugar, hemos apoyado a las instituciones electorales y legislativas del hemisferio para consolidar la democracia representativa, objetivo prioritario de nuestra Organizaci�n. Se empieza a contribuir de manera significativa a los procesos de descentralizaci�n y fortalecimiento de la democracia local a trav�s de iniciativas regionales y sub-regionales y se ha avanzado en el apoyo, del desarrollo de una cultura pol�tica democr�tica en el hemisferio, a trav�s de programas de promoci�n de valores y pr�cticas democr�ticas. La Oreanizaci�n ha adquirido una experiencia valiosa en el apoyo a procesos de di�logo y de reconciliaci�n pol�tica: en este sentido, se est� tratando de recuperar las experiencias adquiridas para que puedan servir para acciones futuras. En materia de intercambio de experiencias, se han podido realizar varias actividades que han reunido a instituciones democr�ticas del hemisferio y a expertos en los temas, logrando importantes intercambios de conocimientos, t�cnicas e informaci�n.

Estas actividades, servir�n de base para profundizar nuestro apoyo a los Estados miembros sobre estos y otros temas. Las experiencias, los conocimientos y las relaciones institucionales que se han desarrollado en el cumplimiento de los mandatos de la Cumbre nos permiten brindar m�s apoyo a los Estados en materia de informaci�n, en la creaci�n de espacios para la discusi�n colectiva de prioridades y, pol�ticas y en el desarrollo de iniciativas de cooperaci�n horizontal entre los Estados.

Con este prop�sito, y a pedido de los Estados miembros, aunaremos nuestras capacidades a la de los Estados miembros para apoyarlos en la identificaci�n de problemas y la definici�n de las prioridades de cada tema. Asimismo, estrecharemos los lazos de cooperaci�n, ya establecidos con instituciones p�blicas y privadas para reunimos los recursos necesarios y efectuar de este modo el seguimiento oportuno y adecuado de los temas vinculados a nuestra competencia espec�fica competencia.


(1) La UPD ha colaborado, bajo distintas modalidades de acci�n con los organismos electorales, de Belice, Bolivia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panam�, Per� y Venezuela. Asimismo en cooperaci�n con el BID se ha programado para el mes de noviembre una Conferencia subregional sobre Fortalecimiento de los Registros Civiles de Panam� y de Centroam�rica.

(2) Se ha colaborado con los cuerpos legislativos y/o con instituciones acad�micas especializadas en el an�lisis de las funciones del poder legislativo en los siguientes pa�ses: Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Guatemala, Paraguay, Uruguay. En Centroam�rica y a nivel de la Comunidad Andina, se esta apoyando el desarrolla de programas regionales de apoyo institucional a parlamentos, incluyendo servicios de asesoramiento, capacitaci�n e investigaci�n. Asimismo, se ha colaborado con la Universidad de las Indias Occidentales en la realizaci�n de un curso regional para el Caribe ingles de entrenamiento en T�cnicas de Redacci�n Legislativa.

(3) Se est� trabajando actualmente en la conformaci�n de un programa hemisf�rico integral en descentralizaci�n, gobierno local y participaci�n, lo cual apoyar� a los gobiernos centrales en estos temas por medio de actividades de investigaci�n, intercambios de experiencias a trav�s de reuniones de expertos y de practicantes, seminarios de capacitaci�n, iniciativas de cooperaci�n horizontal y desarrollo de un sistema de informaci�n.

(4) Se ha colaborado en programas de educaci�n para la democracia con los pa�ses de Grenada, M�xico, Nicaragua, Paraguay, Per� y Trinidad y Tobago. A trav�s de eventos sub-regionales, se ha apoyado igualmente el intercambio de experiencias sobre el tema de la ense�anza de los valores y practicas democr�ticas en las escuelas con los pa�ses de Centroam�rica y del MERCOSUR. Un programa de educaci�n c�vica para el Caribe est� actualmente bajo consideraci�n. La formaci�n de j�venes lideres pol�ticos se est� apoyando principalmente a nivel subregional.

(5) Se ha colaborado en programas de educaci�n para la democracia con los pa�ses de Grenada, M�xico, Nicaragua, Paraguay, Per� y Trinidad y Tobago. A trav�s de eventos sub-regionales, se ha apoyado igualmente el intercambio de experiencias sobre el tema de la ense�anza de los valores y practicas democr�ticas en las escuelas con los pa�ses de Centroam�rica y del MERCOSUR. Un programa de educaci�n c�vica para el Caribe est� actualmente bajo consideraci�n. La formaci�n de j�venes lideres pol�ticos se est� apoyando principalmente a nivel subregional.

(6) Desde 1989 basta la fecha, la O�A ha observado 36 elecciones en 15 Estados miembros.

(7) En dos ocasiones, junto con otras instituciones multilaterales, la OEA a trav�s de la UPD patrocin� una Conferencia Interamericana de Alcaldes. Este a�o, particip� en una tercera Conferencia Interamericana de Alcaldes con la organizaci�n y animaci�n de los panales de discusi�n.


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� 1998 Organizaci�n de los Estados Americanos, Oficina de Seguimiento de Cumbres

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