PRESENTACION DEL SR. PETER BAKVIS, ORIT/CIOSL

(Organizaci�n Regional Interamericana de Trabajadores de la Confederaci�n Internacional de Organizaciones Sindicales Libres)

Los Trabajadores Migrantes y las corrientes migratorias en el hemisferio son manifestaciones pol�ticas, econ�micas y sociales de larga data en las Am�ricas. Ellas responden a un conjunto de incentivos, positivos y negativos que en se manifiestan en los mercados laborales tanto de la econom�a mundial como del pa�s de origen y destino del trabajador migrante.

Las consecuencias econ�micas y sociales de los conflictos armados y las guerras, la violencia pol�tica, el narcotr�fico han sido en buena medida causantes de corrientes migratorias hacia zonas fronterizas donde los migrantes son forzados a abandonar su h�bitat y lugares de origen para preservar su integridad f�sica.

El impacto cultural de la transacionalizaci�n, la ausencia de oportunidades, la poca transparencia de los sistemas pol�ticos, la poca legitimidad o participaci�n del sistema pol�tico, poca representatividad o falta de solidez en las instituciones asi como la incapacidad de los sistemas judiciales para arbitrar conflictos y administrar justicia son otra raz�n que impulsa a los trabajadores y en especial a los mas j�venes y capaces a emigrar desde �reas de pocas perspectivas de mejoramiento familiar hacia zonas percibidas como de mayor oportunidad de avance y mejoramiento.

En las dos ultimas d�cadas, como consecuencia de la crisis externa de Am�rica Latina, los programas de estabilizaci�n a corto plazo y el impacto de la globalizaci�n en las estructuras econ�micas sustentadas en el crecimiento hacia el mercado interno han generado una nueva oleada de presiones migratorias tanto a lo interno de los pa�ses como entre las zonas fronterizas y los pa�ses en desarrollo hacia los pa�ses desarrollados.

Por ello el mejoramiento de las situaciones b�licas en el hemisferio no han disminuido las presiones de corrientes migratorias y se percibe un cambio en su composici�n.

A los trabajadores estacionales y aquellos que migran para atender demanda laboral de dif�cil o escaso atractivo en los pa�ses desarrollados se les est� uniendo un conjunto de j�venes profesionales adiestrados en nuevas tecnolog�as, ciencias m�dicas y otros profesionales cuyo impacto social en el tejido de reproducci�n y creaci�n de riqueza en los pa�ses en desarrollo esta a�n por evaluar.

Todos ellos son victimas en mayor o menor grado de graves violaciones a sus derechos humanos y laborales, sujetos a manifestaciones xenof�bicas y hasta racistas en los paises huespedes con serias exclusiones, en tanto trabajadores de beneficios ordinarios al resto de los trabajadores en dichos mercados laborales.

No solamente sufren las consecuencias de desigualdad en sus remuneraciones sino que muchas de las legislaciones de los pa�ses pechan con doble y triple intensidad a estos trabajadores a los cuales se les niegan los frutos de la seguridad y el salario social al cual contribuyen como trabajadores.

Frente a los migrantes se exhibe una crasa ignorancia sobre su contribuci�n al pa�s receptor y poca comprensi�n por parte de las naciones de los pa�ses de origen de su contribuci�n como ciudadanos.

De acuerdo a estudios desarrollados por La Raza, una ONG de USA, los trabajadores migrantes no solo cumplen una funci�n esencial en industrias que no podr�an sobrevivir o competir en mercados mundiales sin el concurso de esa mano de obra, sino que su aporte impositivo al fisco tanto de sus pa�ses de origen como de las sociedades hu�spedes los convierte en acreedores netos de las sociedades donde han optado por residir.

En su ensayo sobre la naturaleza de la pobreza, John Kenneth Galbraight llega a la conclusi�n que mucho del �xito en el desarrollo econ�mico experimentado por el mundo en estos �ltimos dos siglos se explica por el aporte de las corrientes migratorias. Es mas Afirma JKG que quien emigra tiene una estructura actitudinal mas proclive al trabajo sostenido que se asocia al progreso y por la insatisfacci�n positiva que exhibe el trabajador migrante.

La migraci�n es adem�s un problema indisoluble de las tendencias demogr�ficas que presenta la econom�a mundial y las actitudes xen�fobas y rascistas solo esconden la necesidad de darle una respuesta racionales a una realidad te�rica en la que se sustenta el libre comercio cuyo axioma jamas se reconoce al trabajador.

Si la optimizaci�n del producto mundial y la participaci�n en el comercio mundial trae ventajas a todos, entonces la movilidad de productos y factores no puede restringirse solo a productos y capital. Tambi�n la mano de obra debe ostentar la movilidad y libertad que con tanta insistencia se nos pide en las econom�as para otros factores de producci�n.

Frente a ellos se desarrolla todo un conjunto de actividades il�citas donde se reproduce el modelo social de explotaci�n al trabajador migrante que el sindicalismo internacional y en especial la ORIT y la CIOSL han denunciado y en repetidas ocasiones solicitado se ponga fin.

En el XIV Congreso de la ORIT/CIOSL celebrado en abril de 1997 en Santo Domingo, se aprob� la Resoluci�n N� 13 que demanda el establecimiento de medidas por parte de los gobiernos de la regi�n que garanticen el respeto a los derechos humanos y laborales de los migrantes, en especial el respeto a las Normas Fundamentales del Trabajo aprobadas por la OIT, e invita a nuestras organizaciones afiliadas y fraternales a desarrollar una campa�a de concientizaci�n al respecto y un Plan de Acci�n que permita el apoyo y fortalecimiento de los sindicatos en las �reas fronterizas o de alta incidencia migratoria con el concurso de estos trabajadores.

ORIT/CIOSL ha desarrollado iniciativas entre sus organizaciones afiliadas para exigir la protecci�n de los trabajadores migrantes en Costa Rica y luchar por el respeto a sus derechos humanos y laborales.

Creemos que en el marco de la construcci�n de las reglas de juego que van a normar la integraci�n del hemisferio nuestra pol�tica de exigir una dimensi�n social lleva a solicitar a los estados y las sociedades de las Am�ricas y di�logo serio y franco sobre el papel y rol que tienen los migrantes y la condici�n de minusval�a a que hoy los somete no solo la pr�ctica sino la din�mica y la legislaci�n.

Washington, 18 de febrero de 2000